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¡Que no falte ajo en tu cocina!

A quien ajos come, ni la víbora le pica, dice el refrán. Sin duda, la frase se refiere no sólo al potente aroma que emana del ajo, sino también a los beneficios que aporta a la salud. Así lo comprobó un nuevo estudio científico de la Universidad de Carolina del Norte que analizó los resultados de 300 investigaciones sobre las virtudes del ajo realizadas en China, Suiza, Holanda y Estados Unidos. Entre las principales conclusiones, se demostró  que consumir con frecuencia este bulbo aromático reduce:
• 50% el riesgo de padecer cáncer de estómago,
• 66% la posibilidad de desarrollar cáncer de colon.

También, el estudio demostró que incluso quienes poseen factores de riesgo, como dietas excesivas en grasas o predisposición genética, al consumir ajo están más protegidos contra una gran cantidad de enfermedades, con respecto a quienes no lo incluyen en sus dietas. Además de sus virtudes en la prevención, el ajo es beneficioso para complementar algunos tratamientos médicos, para las siguientes enfermedades:
• cáncer de estómago
• cáncer de colon
• colesterol elevado
• trastornos respiratorios
• dolores articulares
• hipertensión
• infecciones bacterianas

¡Que no falte ajo en tu cocina!

El secreto del diente
Interesados por hallar alguna explicación a su poder anticancerígeno, científicos del Instituto Weizman, de Jerusalén, Israel, realizaron un procedimiento biotecnológico, en el que produjeron grandes cantidades de alicina pura, el principal principio activo del ajo. De este modo, pudieron observar cómo esa sustancia actúa matando las bacterias y eliminando otros agentes que agreden al organismo.
Según los médicos, las virtudes terapéuticas del ajo se mantienen intactas si se los utiliza crudos o cocinados en forma moderada.
Combinado con su prima hermana la cebolla –ambos pertenecen a la familia de las herbáceas- el ajo se convierte en un pequeño-gran aporte a nuestras comidas. Y a nuestra salud.

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