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Muerte prematura por obesidad

Investigadores informan que una pastilla de dieta, aún no aprobada para niños, es efectiva en los adolescentes.

Las adolescentes que son obesas tienen un riesgo tres veces mayor de muerte prematura cuando alcancen la mediana edad, de acuerdo con un nuevo estudio en los Annals of Internal Medicine.
"Este estudio subraya la importancia de la obesidad infantil", aseguró el investigador principal, el Dr. Frank B. Hu, profesor asociado de nutrición y epidemiología en la Facultad de Salud Pública de Harvard. "La obesidad infantil no sólo tiene consecuencias en la salud de los niños, sino que también incrementa el riesgo de muerte en la adultez".

Muerte prematura por obesidad

Pero otro informe, también en la edición del 18 de julio de la publicación, halló que el medicamento para dieta sibutramina, con nombre de marca Meridia, junto con la terapia conductual, ayuda a los adolescentes muy obesos a perder peso. El estudio fue financiado por el fabricante de Meridia, Abbott Laboratories, Inc.
Este hallazgo podría ser valioso en los Estados Unidos, en donde el 15.5 por ciento de los adolescentes tiene sobrepeso.

En el primer estudio, el equipo de Hu halló una relación entre la obesidad de la adolescencia y la muerte prematura entre 102,400 mujeres inscritas en el Nurses' Health Study II. Se pidió a las mujeres, con edades entre 24 y 44 años al inicio del estudio, que recordaran el peso que tenían a los 18 años. Durante 12 años de seguimiento, murieron 710 mujeres.

Los investigadores hallaron que un índice de masa corporal superior, IMC, una razón del peso en función de la altura, al normal a la edad de 18 años estaba asociado con un riesgo tres veces mayor de muerte, en comparación con las chicas que tenían un IMC normal.

Hu señaló que el exceso de peso durante la adolescencia puede incrementar el riesgo de enfermedades como la enfermedad cardiaca y diabetes, las cuales pueden causar complicaciones y la muerte en la adultez.
"La relación entre la obesidad infantil y la muerte prematura es una cuestión de salud pública importante", señaló Hu. "La prevención en edades tempranas es una estrategia importante para combatir este problema".

En el segundo estudio, los investigadores asignaron a 498 adolescentes muy obesos, de 12 a 16 años, para que recibieran sibutramina más terapia conductual o un placebo. Al comienzo del estudio, los adolescentes pesaban un promedio de 215 libras, 97.5 kilos.
"Éste es el primer estudio en evaluar si añadir sibutramina a un programa de modificación de hábitos del estilo de vida puede ayudar a los adolescentes con obesidad extrema", declaró el autor principal, el Dr. Robert I. Berkowitz, profesor asociado de psiquiatría y pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Pensilvania, y director del Programa de Trastornos Alimenticios y del Peso de la facultad.

La sibutramina actúa al incrementar la sensación de llenura y reducir el hambre, explicó Berkowitz. "Observamos que había una diferencia significativa en el peso de los dos grupos después de un año", apuntó.

Tras un año, los adolescentes que tomaban sibutramina perdieron un promedio de 14 libras 6.4 kilos, mientras que los que tomaban placebo aumentaron alrededor de 4 libras 1.8 kilos. Además, los que tomaban la pastilla de dieta también redujeron su riesgo de enfermedad cardiaca al bajar sus niveles de colesterol, triglicéridos, insulina y sensibilidad a la insulina, señaló Berkowitz.

Berkowitz anotó que la sibutramina no cuenta con la aprobación actual de la U.S. Food and Drug Administration para niños menores de 16 años. "Necesitamos estudios de larga duración para determinar los efectos secundarios a largo plazo", agregó. "Hubo pequeños incrementos en la presión sanguínea y en el pulso durante el ensayo, algo que debe ser monitoreado".
"El tratamiento con sibutramina podría ser útil bajo un control estricto", añadió.
Pero un experto no cree que las pastillas o la cirugía sean la respuesta para la epidemia de obesidad que enfrentan los adolescentes hoy en día.
"Un estudio reciente demostró que la cirugía de derivación gástrica o bypass es tanto efectiva como segura, tanto en los adolescentes como en los adultos", declaró el Dr. David L. Katz, profesor asociado de salud pública y director del Centro de Investigación para la Prevención de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale. "Ahora tenemos los resultados de un estudio clínico de gran tamaño que asegura que la farmacoterapia, también puede llevar a la pérdida de peso en los adolescentes".

Estos hallazgos son especialmente interesantes cuando se yuxtaponen con los del estudio de Hu sobre el impacto de la obesidad de la adolescencia en la mortalidad futura, dijo Katz. "Quizá el uso prudente de medicamentos para controlar el peso pueda mitigar esta amenaza", apuntó.

"Pero depender de medicamentos o de la cirugía para frenar la amenaza que la obesidad representa en la gente joven es un testimonio de las graves fallas de la sociedad", agregó. "La obesidad se puede prevenir a través de medios bien comprendidos y que están a nuestra disposición, como aumentar la actividad física y reducir la ingesta de calorías. A diferencia de los medicamentos y la cirugía, estas opciones favorecen la salud en general, cuestan poco o nada, y no conllevan riesgos para la salud".

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