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La cebolla sanadora

Su aroma es potente, y tiene una sustancia que, literalmente, hace llorar. La cebolla, además de ser junto con el ajo y el pimiento rojo, el componente base de la sazón que le da gusto a la mesa. Tiene propiedades como agente de prevención de salud que son reconocidas.

Así lo asegura Sarah Merson en su libro “100 remedios tradicionales”. La experta del College of Naturopathic Medicine de Gran Bretaña explica que las cebollas, que pertenecen a la familia de las liláceas, “protegen el sistema circulatorio, reducen el colesterol, licuan la sangre y previenen la calcificación de las arterias. Como son ricas en quercitina, detienen el desarrollo del cáncer y eliminan las bacterias nocivas. Contienen compuestos sulfúricos desinflamatorios, por lo que son aconsejables para las picaduras de insectos y el asma”.

La cebolla sanadora

En abril de 2007, la AmericanAssociation for Cancer Research presentó en su reunión anual un trabajo, “Dieta y estilo de vida, en la lucha contra el cáncer, comer bien es la mejor revancha” destaca a la cebolla como un alimento central en esta estrategia.

Otro estudio de la misma entidad sobre la alimentación de 183,518 residentes de California y Hawaii halló que las dietas ricas en flavonoides –pigmentos vegetales presentes en muchos alimentos con altas propiedades que promueven la salud– pueden reducir el riesgo de cáncer de páncreas, especialmente en los fumadores. “Estos componentes… se encuentran en altas concentraciones en las cebollas, las manzanas, los berries y el brócoli”.

Una cebolla entera mediana posee menos de 38 calorías y 89 gramos de agua.

Según explica el chef español Karlos Arguiñano, una opción a la cebolla es cebolla de verdeo, cebollín o cebolleta, que “tiene una compasión muy parecida a la de la cebolla común”.

Arguiñano explica que el cebollín “tiene pequeñas cantidades de carbohidratos, proteínas y muy pocos lípidos”. En su forma cruda, “es una importante fuente de potasio y, en menor cantidad, vitamina A, B3, ácido fólico, hierro, zinc y fósforo”.

Fuentes: 100 remedios tradicionales, de Sarah Merson; AmericanAssociation for Cancer Research.

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