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El sobrepeso de los niños afecta a toda la familia

Cinco de cada diez niños hispánicos en edad preescolar son obesos, con una prevalencia del 18,5%, según registros del 2008, del Centro del Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, su sigla en inglés). Y esto que podría parecer un problema menor, debido a que se trata de los niños pequeños, no lo es. Los estudios demuestran que los niños y adolescentes obesos sufren más riesgo de contraer ciertas enfermedades durante la juventud y adultez, como afecciones cardiovasculares, que el resto de los niños. El colesterol elevado y la hipertensión son algunos de los determinantes. También, la obesidad puede causar diabetes tipo 2, asma, apnea del sueño y discriminación social.

Un problema compartido
Uno de los principales errores que se repite en las familias de los niños obesos es creer que “niños pequeños, problemas pequeños”. Existen investigaciones que demuestran que el 80% de los niños que fueron obesos entre los 10 y 15 años, serán obesos al llegar a los 25.
Para evitar llegar a esta situación, la única alternativa es proponer un cambio de hábitos a toda la familia. Es que éste es otro de los puntos importantes que hay que tener en cuenta: el problema de la obesidad de un hijo debe considerarse como un tema que afecta a toda la familia.
Como primera medida, es necesario modificar la alimentación a la que están acostumbrados e implementar un plan nutricional saludable. Al mismo, deberás plantear un cambio en lo que respecta a la actividad física, para lograr que practiquen ejercicio durante 60 minutos, en lo posible todos los días.
Para ello, te sugerimos:
•  Siéntate con tu hijo y explícale la importancia de cambiar la forma de alimentarse. El consumo de verduras y frutas le permitirá a tu niño mejorar su concentración en la escuela y su rendimiento en los deportes, cuéntale esto para que se de cuenta de que el cambio lo beneficiará.
•  No le prohíbas por completo los snacks y las golosinas; explícale que el objetivo es reducir el consumo para sentirse mejor. La idea es que los niños se sientan responsables de lo que comen; si le prohíbes esos alimentos como si fuera un reto, buscarán la forma de comer sus golosinas preferidas cuando tú no los veas.
•  Si en tu casa se consumen muchos lácteos, opta por las alternativas descremadas.
•  Limita el consumo de gaseosas azucaradas  y estimula a tus hijos a tomar más agua. Deja la gaseosa para el fin de semana, pero en lugar de comprar la bebida con azúcar, opta por las dietéticas.
•  A la hora de preparar la comida, escoge siempre carnes desgrasadas, pollo sin piel, pescados y legumbres.
•  Disminuye de a poco las porciones.Explícales a tus hijos que no es necesario sentirse “satisfechos” después de comer.
• Aunque sea un trabajo adicional, busca la forma de que siempre haya algún postre reducido en calorías para después de comer. Puedes preparar: ensaladas de frutas, gelatinas o postres dietéticos, o helados reducidos en calorías.
•  Evita tener en tu casa galletitas o golosinas. Si tu hijo sabe que las tienes, le estarás pidiendo que se acostumbre a convivir con estas tentaciones. Y éste es un desafío casi imposible, incluso para los adultos que tienen que bajar de peso.
•  Establece un nuevo sistema de premios en tu hogar: si antes cada vez que alguno obtenía una buena nota en la escuela o alcanzaba un logro, recibía un chocolate u otra golosina; a partir de ahora, premia a tus hijos, con alguna actividad compartida que a ellos les guste.

El sobrepeso de los niños afecta a toda la familia

Hoy puede ser el primer día del resto de tus días. Conviértete en el mejor ejemplo de tus niños y cambia tú también. Nada mejor que un padre saludable, para tener hijos saludables.


Fuente: Centros del Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC)

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