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Comer o no comer fuera de casa

La comida de restaurante a menudo tiene excesivas calorías y muy poca fibra. Si eres de aquellas personas que sólo esporádicamente comen fuera de casa, esto puede ser un asunto sin importancia; pero si, debido a tu vida social o profesional, te ves en la obligación de comer en restaurantes con cierta frecuencia, tu salud y tu peso se pueden ver afectados.

Conscientes del creciente interés por una comida sana y nutritiva, muchos dueños de restaurantes han modificado la preparación de las comidas y hoy en día ofrecen platos con poca grasa y menos calorías. Ciertos locales incluso ofrecen diariamente un plato ‘especial’ para todos aquellos clientes que conocen la necesidad de una alimentación equilibrada. Si comes en restaurantes varias veces a la semana, lee con detenimiento el menú, de modo que puedas escoger los platos más nutritivos.

Comer o no comer fuera de casa

Una elección sana

El escoger una opción sana no perjudica, en absoluto, el placer de comer fuera de casa. No existe ninguna necesidad de eliminar tus alimentos preferidos ni de seguir una dieta aburrida a base de ensaladas solamente. Sigue los consejos a continuación y verás que tu elección será mucho más saludable:

  • Ten presente que los alimentos ricos en grasa por lo general son los enemigos de una dieta sana.
  • Evita los bocadillos previos a tu plato principal, como el pan y la mantequilla, pues éstos añaden calorías extras a tu menú y a tu cuerpo.
  • Recuerda que las bebidas, con excepción del agua, pueden ser altas en calorías. Por lo tanto, los líquidos también contribuyen a los excesos alimentarios.
  • Elige un plato principal que no contenga demasiada grasa ni calorías, preparado al vapor o a la plancha, y procura evitar las salsas cremosas.
  • Evita comer grasas innecesarias. Retira la piel de las piezas de pollo y no escojas cortes de carne que tengan mucha grasa; pide verduras sin freír y sin salsas y opta por las papas al horno, cuyo contenido calórico es inferior, pero conservan su contenido de fibra.
  • Si aún así te inclinas por un plato que contenga una elevada cantidad de grasa, reduce tu consumo de grasa durante los dos días siguientes, con el fin de equilibrar tu dieta.
  • A la hora de pedir la cuenta, prescinde del postre y del café con azúcar, pero si insistes en terminar la cena con ‘dulzura’, comparte esas calorías con otros comensales. Así, no sólo ahorrarás dinero, sino también calorías.

*Dietista


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