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Colesterol: ¿dieta o medicamentos?

Recientemente varios medios de comunicación publicaron comentarios acerca de los resultados de un trabajo de investigación que aparentemente demostraba que una dieta vegetariana estricta es tan eficiente como ciertas drogas para bajar los niveles de colesterol en la sangre.

Varios de esos comentarios me hicieron pensar en la conveniencia de aclarar algunos aspectos relacionados con el problema que motivó el estudio, lo cual espero hacer de la manera más sencilla posible.

Colesterol: ¿dieta o medicamentos?

Cuando se trata de controlar los niveles altos de grasas en la sangre hay que tener en cuenta que las drogas utilizadas para ese problema no han sido diseñadas para sustituir a las dietas como parte del tratamiento. Dichas drogas no deben ser indicadas “en vez de” la dieta, sino “además de” una alimentación balanceada y sin excesos acompañada de un programa disciplinado de ejercicios y solamente cuando éstos no han sido suficientes para llevar a la normalidad las cifras de colesterol.

Este importante concepto se apoya en el hecho de que, más allá de los factores genéticos que pueden explicar por qué ciertas personas aumentan más fácilmente sus niveles de colesterol que otras, la alimentación inadecuada y la falta de actividad física son los elementos que más contribuyen a que este problema se presente. En la mayoría de los casos, si se mantiene una alimentación saludable y la persona se mantiene activa, su organismo será capaz de mantener controlada su propia producción de colesterol, tanto del total como del llamado colesterol bueno, lo cual baja los riesgos a sufrir enfermedades del corazón y las arterias.

Ha sido demostrado por todos los medios posibles que cuando ese mecanismo de control falla es posible normalizar las cifras de colesterol corrigiendo las fallas de la alimentación que lo habían aumentado y, que, como acabamos de decir, la práctica disciplinada de ejercicios favorece un aumento del llamado colesterol bueno, que contribuye eficientemente a evitar el daño en las arterias.

Con relación a la alimentación, insisto en que lo que se requiere es corregir las fallas que llevaron a un aumento de la producción de colesterol por el cuerpo del propio paciente, lo cual no debe entenderse como seguir una dieta intolerable que haga imposible el logro del objetivo que se persigue. Una de las principales causas de incumplimiento de las indicaciones dietéticas es, casualmente, la mala costumbre de pedir a los pacientes que sigan dietas exageradas e injustificadamente restrictivas que no pueden ser cumplidas por el tiempo necesario para solucionar el problema que motivó esa indicación, que casi siempre es toda la vida.

Eso no pasaría si se le indica a los pacientes el corregir solamente las fallas que originaron el problema mientras sigue comiendo las cosas que le gustan y que no estaban contribuyendo a su problema de salud. La dieta probada en el trabajo de investigación arriba referido debe ser bastante restrictivo ya que en el comentario editorial de la revista que lo publicó se expresa el temor de que los pacientes con colesterol alto no estén dispuestos a seguirla.

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