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Aumentan las internaciones de mujeres adultas por trastornos alimentarios

La imagen de la niña-joven que deja de comer porque quiere parecerse a una Barbie deberá ser reemplazada a la hora de representar las víctimas de la anorexia y la bulimia. 

A unos días de la “Semana Nacional de Concientización sobre los Trastornos alimentarios”, un nuevo estudio realizado por la encuestadora SurveyMonkey a pedido de Caroline Adams Miller, experta en trastornos alimentarios, revela que los centros de ayuda y tratamiento han recibido en los últimos tiempos  un 46% más de mujeres adultas que enfrentan estos desórdenes. 

Aumentan las internaciones de mujeres adultas por trastornos alimentarios
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Los expertos que realizaron este relevamiento encontraron otro dato alarmante: la tasa de recuperación de estas mujeres adultas es muy baja, lo que no es alentador para las hijas adolescentes de estas mujeres, que están creciendo en hogares donde la alimentación y el peso es un tema problemático y de difícil solución. 

El relevamiento, realizado en mujeres estadounidenses de entre 18 y 30 años, reveló que el 75% no conoce una mujer mayor que haya logrado vencer un desorden alimentario y se haya recuperado. 

Además, el 55% de las jóvenes encuestadas admitió que no creen que puedan vivir una vida “libre” de problemas con el peso. 

Según Caroline Adams Miller, pionera en la investigación de estos trastornos y autora de “Mi nombre es Caroline” (1988), una autobiografía en la que relata cómo logró sobrevivir a la bulimia y “Carolina positivamente” (2013) considera que estos hallazgos deberían servir para comprender la importancia de ayudar a las mujeres mayores a recuperarse, para de este modo poder ayudar a las mujeres jóvenes. 

“Hay una epidemia en las mujeres de mediana edad –con un incremento del 43%- en los centros de trastornos alimentarios debido a que nunca se han recuperado de anteriores problemas o porque están enfrentando los cambios de la mediana edad como el divorcio, el nido vacío, los padres que envejecen, crisis de salud o cambios hormonales y hacen foco en la pérdida de peso”, observó Miller. 

“Si no hay personas que se han recuperado hace mucho tiempo, ¿cómo podrá la nueva generación tener una esperanza sobre ellas mismas?”

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