Si los tribunales anulan las protecciones de la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA) para personas con condiciones médicas preexistentes, quienes saldrían perdiendo son los residentes de los estados liderados por republicanos que están desafiando al Obamacare.
"Estos estados se han opuesto a ACA desde el principio", dijo Gerald Kominski, investigador principal del UCLA Center for Health Policy Research. "Están perjudicando a sus ciudadanos más vulnerables".
Veinte procuradores estatales y gobernadores republicanos cuestionaron, en febrero, la constitucionalidad de ACA ante un tribunal federal. En junio, el Fiscal General de Estados Unidos, Jeff Sessions, y el Departamento de Justicia tomaron la inusual decisión de no defender partes clave de la ley contra este desafío legal.
La demanda de los estados argumenta que debido a que el Congreso eliminó el mandato individual impuesto por el Obamacare —la obligación de tener seguro a riesgo de pagar una multa—, efectiva el próximo año, la ley es inconstitucional en su totalidad. Por extensión, la demanda insta a los tribunales federales a declarar inconstitucionales las protecciones de la ley de salud para personas con condiciones preexistentes, y Sessions está de acuerdo.
Nueve de los 11 estados con las tasas más altas de condiciones preexistentes entre adultos menores de 65 años se han unido a la demanda para anular ACA, según datos de las compañías de seguros y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Los datos de 2015, los más recientes disponibles, fueron analizados por la Kaiser Family Foundation (KFF) en 2016.
Los que apoyan la demanda sostienen que hay otros medios para proteger a las personas con condiciones preexistentes.
"Si un tribunal anula la constitucionalidad de ACA, hay formas de derogar la ley y reemplazarla sin que los habitantes de Arizona con condiciones preexistentes pierdan su cobertura", expresó Katie Conner, portavoz del Fiscal General de Arizona, Mark Brnovich.
Conner dijo que su jefe, quien es parte de la demanda, cree que las condiciones preexistentes deberían "estar siempre cubiertas". Según los datos, en Arizona, más de 1 de cada 4 adultos menores de 65 años tiene una afección preexistente.
El estado con la tasa más alta de adultos con condiciones preexistentes es West Virginia, el 36% de los menores de 65 años. Eso significa que aproximadamente 1 de cada 3 de ellos podría tener dificultades para comprar un seguro a través del mercado individual sin las protecciones de ACA.
La oficina del fiscal general de West Virginia, Patrick Morrisey, quien se unió al desafío legal contra ACA, se negó a hacer comentarios. Pero un portavoz de la campaña de reelección de Morrisey dijo a PolitiFact en junio que "se debe proporcionar ayuda a quienes más la necesitan, incluso a aquellos con condiciones preexistentes".
Los demandantes contra ACA "apoyan solo con palabras estas protecciones críticas para las personas, pero de hecho están involucrados en una estrategia que eliminaría esas protecciones", aseguró Justin Giovannelli, profesor asociado de investigación en el Georgetown University’s Center on Health Insurance Reforms.
"Francamente, es difícil cuadrar lo que están diciendo, por un lado, y lo que están argumentando en los tribunales, por el otro", añadió Giovannelli.
Según una encuesta publicada en junio, también por KFF, tres cuartas partes de los estadounidenses dicen que mantener las protecciones para las personas con condiciones preexistentes es "muy importante". Esto incluye la mayoría de los votantes demócratas, republicanos e independientes.
Antes que se adoptara la ley de salud, las compañías de seguros rutinariamente negaban la cobertura a millones de personas con condiciones preexistentes que compraban un seguro a través del mercado individual. Si no denegaban la cobertura directamente, algunos planes de salud cobraban a los consumidores primas exorbitantes o bien ofrecían pólizas que excluían la cobertura de condiciones costosas. (Aunque muchas personas obtuvieron un seguro a través de sus empleadores o planes públicos que cubrían las condiciones preexistentes, eran potencialmente vulnerables si cambiaba su situación laboral u otras circunstancias).
ACA puso fin a esas prácticas.
Entre las enfermedades comunes que llevaron a las compañías de seguros a negar la cobertura se encuentra la presión arterial alta, el cáncer, la obesidad, la diabetes y la depresión. A algunas personas se les negó cobertura por tener acné, padecer de asma o por estar embarazadas.
El análisis de KFF estimó que al menos el 27% de los adultos menores de 65 años —más de 50 millones de estadounidenses— tenían al menos una condición preexistente que hubiera puesto en peligro su cobertura antes de ACA. La fundación indicó que sus estimaciones eran un recuento insuficiente porque algunas enfermedades que las aseguradoras citaron al declinar la cobertura no están en los datos de la encuesta. Además, cada compañía de seguros establece sus propias reglas y condiciones para denegar el servicio, haciendo difícil de establecer el número exacto de quienes se podrían ver afectados.
Estimados menos precisos de otros investigadores y del Departamento de Salud y Servicios Humanos muestran que hasta la mitad de todos los adultos menores de 65 años tienen al menos una condición preexistente.
Esta historia fue producida por Kaiser Health News, que publica California Healthline, un servicio de la California Health Care Foundation.