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Con 335 libras, juega al fútbol y es porrista en el entretiempo

Armand Fernández-Pierre es un alegre joven de 17 años y uno de los jugadores estrella del “Eagles”, el equipo del Colegio Episcopal de Dallas. Durante un partido en su octavo grado sufrió una lesión que le rompió el cuello y lo dejó hemipléjico durante 10 meses, con el costado derecho inmovilizado. 

Después de una operación se sumó al coro, al club de robótica y al grupo de teatro, y más tarde, al cuerpo de porristas de la escuela. Hoy es sorprendente ver su gracia y agilidad, aún con sus 335 libras (135 kg) y sus 6’3” pies (1,92 m). Pero lo que deja boquiabierta a los espectadores es que participa como futbolista en el partido y unos minutos antes corre a cambiarse para unirse al grupo de porristas durante el entretiempo. 

Con 335 libras, juega al fútbol y es porrista en el entretiempo
Dallas News

Puntos clave

  • Se le rompió el cuello y volvió a jugar al fútbol
  • Pesa 335 libras y baila con las porristas
  • Estuvo hemipléjico de niño y logró recuperarse

El entrenador Clayton Sanders lo persuadió en su momento de unirse nuevamente al equipo, y Armand reconoce que disfruta de la brutalidad del juego. El joven también hace lacrosse, levanta pesas y tiene un empleo de medio tiempo en una cadena de repuestos electrónicos. Y se ufana de ser una de las porristas con más gracia aunque durante el juego… hay que tener cuidado con él. 

Un video que lo mostraba haciendo volteretas en el entretiempo circuló en Internet, se hizo viral y lo convirtió en una celebridad nacional. A raíz de ello varias universidades se interesaron en el joven, sin duda no por sus condiciones como porrista sino como jugador y es de esperar que su desempeño sea el pasaporte a alguna beca para continuar sus estudios.

Armand es muy célebre en el colegio, que cuenta con 1,200 estudiantes. Después de la cirugía de columna, su madre Cencelia Pierre tuvo que renunciar a su trabajo para cuidarlo. Como madre soltera, no disponía de otra ayuda que sus ingresos, pero toda la comunidad del colegio los ayudó, los compañeros le prepararon apuntes de las clases, otros les llevaron alimentos e incluso un padre le pagó la matricula de octavo grado.

Cada semana practica y precalienta durante una hora con su equipo de fútbol y luego pasa otra hora con las porristas preparando una nueva coreografía. Y si bien podría ser un foco de bromas entre sus oponentes, el joven advierte que no es conveniente meterse con alguien que puede empujar 650 libras (294 kg) y levantar cargas de 325 libras (147 kg).

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