El invierno ha llegado plagado de desafíos de salud. A la variante omicron del coronavirus que está haciendo que los casos de COVID-19 aumenten dramáticamente, ahora se suma flurona, una infección resultado de la combinación del coronavirus que causa COVID y del que provoca la gripe.
Los síntomas, tanto de la gripe, como de COVID y flurona son muy similares. ¿Cómo saber qué infección es?
Flurona no está definida todavía como una enfermedad en sí, sino que es una palabra que se acuñó para distinguir la infección emergente que combina al virus que causa COVID con el que causa la gripe.
Esta infección mixta se detectó por primero vez en los Estados Unidos a principios de enero, en un adolescente de California que había vuelto recientemente de unas vacaciones con su familia en Cabo San Lucas, México. Y ya surgieron casos en Houston, Texas, Ohio, y en el sur de Florida.
Antes, ya se habían registrado casos de flurona en Israel, Brasil, las Filipinas y Hungría.
Expertos dicen que seguirán surgiendo, especialmente en el hemisferio norte en donde se pronostica una temporada de gripe que se extenderá hasta junio. Esto no es algo nuevo en salud pública: ocurre cuando dos brotes se superponen.
La forma de detectar qué infección se ha desarrollado es realizarse pruebas de detección apenas se presentan síntomas o se haya estado expuesto.
Síntomas y similitudes entre ambos virus (Fuente: Organización Mundial de la Salud)
El virus de la gripe y el de COVID comparten síntomas similares, que incluyen:
- tos
- secreción nasal
- dolor de garganta
- fiebre
- dolor de cabeza y
- fatiga
Las personas pueden reaccionar distinto a estos dos virus, dependiendo de muchos factores: si tienen afecciones subyacentes, tener diferentes niveles de enfermedad tanto con COVID-19 como con influenza. Algunos pueden no presentar síntomas, síntomas leves o formas graves de la enfermedad. Tanto la influenza como el COVID-19 pueden ser fatales. Su combinación, está por verse.
Hay que comunicarse con el proveedor de salud si la persona experimenta alguno de los siguientes síntomas graves graves de COVID-19, que incluyen:
- dificultad para respirar,
- pérdida de apetito,
- confusión,
- dolor o presión persistente en el pecho.
- temperatura por encima de 100 grados Fahrenheit (38° C)
La vacunación, tanto contra COVID como contra la gripe, son clave para prevenir la enfermedad grave, la hospitalización y una tragedia.
Tanto COVID-19 como la influenza se transmiten por gotitas y aerosoles cuando una persona infectada tose, estornuda, habla, canta o respira.
Estas gotitas y aerosoles pueden caer en los ojos, la nariz o la boca de las personas que están cerca, generalmente a 1 metro o menos de la persona infectada, pero a veces incluso más lejos. Las personas también pueden infectarse con COVID-19 e influenza al tocar superficies contaminadas y luego tocarse los ojos, la nariz o la boca sin lavarse las manos.
Aunque todas las personas corren el riesgo de contraer estos virus, algunos grupos son más vulnerables a estas infecciones :
- adultos mayores;
- personas de cualquier edad con afecciones médicas crónicas (como enfermedades crónicas cardíacas, pulmonares, renales, metabólicas, neurológicas, hepáticas o hematológicas); y
- personas con afecciones que comprometen sus sistemas inmunes como VIH/SIDA, pacientes que reciben quimioterapia o esteroides, o tienen neoplasias malignas.
- Los trabajadores de la salud tienen un alto riesgo de contraer la infección por COVID-19 y un alto riesgo de contraer la influenza.
- Las embarazadas y las que han dado a luz recientemente tienen un alto riesgo de sufrir una gripe grave y una forma grave de COVID-19.
La vacunación es esencial para prevenir enfermedades graves y la muerte tanto por COVID-19 como por influenza. La OMS recomienda la vacuna contra la influenza para las personas mayores, los niños pequeños, las embarazadas, las personas con problemas de salud subyacentes y los trabajadores de salud.
Las vacunas contra COVID-19 son seguras y eficaces para prevenir la infección, o enfermarse gravemente, para las personas elegibles, incluidas aquellas con afecciones preexistentes de cualquier tipo, incluidos los trastornos autoinmunes. Estas afecciones incluyen: hipertensión, diabetes, asma, enfermedades pulmonares, hepáticas y renales, así como infecciones crónicas estables y controladas.
Las personas con síntomas leves tanto de COVID-19 como de influenza generalmente pueden permanecer en casa, descansar, hidratarse, tomar analgésicos de venta libre para la fiebre y el dolor, hasta que el propio organismo expulse el virus.
Millones de personas en todo el mundo han recibido vacunas contra COVID-19 de forma segura y las vacunas han cumplido con rigurosos estándares de seguridad, eficacia y calidad. Vacunarse también puede proteger a las personas queridas, vecinos y en la comunidad.
Pero es esencial tener las dos vacunas para prevenir las tres infecciones, porque tienen formulaciones distintas para proteger contra el virus específico.
Expertos creen que COVID-19 puede transformarse en un virus estacional como la gripe, por lo que sería posible que las personas necesiten recibir una vacuna anual, como con la de la gripe.
Esto se debe a que ambos virus, el de COVID-19 y el de la gripe mutan, cambian, y surgen nuevas variantes que las nuevas formulaciones de las vacunas atacan.
“En el caso de la influenza y el SARS-CoV-2, ambos virus pueden afectar los pulmones y ambos pueden provocar insuficiencia multiorgánica y la muerte. Por lo tanto, puede haber graves consecuencias de cualquiera de las infecciones. Y cuando se combinan ambos juntos, es potencialmente más grave ", dijo el doctor Matthew B. Laurens, profesor de pediatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland en una entrevista con WTOP.
Las condiciones por separado tienen tratamietos distintos. Científicos ya están estudiando contra reloj como abordar esta coinfección.