Ébola y malaria: desastre epidémico en África

El miedo de las personas en la zona de África azotada por el Ébola es un sentimiento que los lleva a padecer otro mal mayor: no buscar ayuda en los centros asistenciales.

En Sierra Leona, la población temerosa se rehúsa a buscar atención médica para cualquier enfermedad, dijeron funcionarios de salud. Y si tienen malaria, por ejemplo, no quieren acercarse a un hospital por miedo a contagiarse el Ébola, pero si sospechan que podrían tener Ébola, prefieren no saberlo, todo esto alimenta un círculo vicioso de consecuencias fatales.

Ébola y malaria: desastre epidémico en África
Getty Images | Foto: GETTY IMAGES

El problema es que el Ébola, el paludismo o malaria y el cólera, comparten síntomas comunes al principio, como fiebre y vómitos, lo que puede causar confusión entre los pacientes, dijo a una cadena noticiosa Cyprien Fabre, director de la oficina de África Occidental de la Dirección General de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea.

El temor está agravando el desastroso panorama sanitario de esa región de África, sobre todo en Sierra Leona, donde se registra la tasa de mortalidad infantil más alta del mundo. Últimamente "hemos aumentado la mortalidad por otras enfermedades", dijo Fabri. "Esto es un desastre en cámara lenta" agregó.

El ébola está cursando el brote más feroz de toda la historia: ya ha cobrado la vida de 932 personas en Guinea, Liberia y Sierra Leona desde que fue reportado por primera vez en marzo de 2014, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En cuanto a la malaria, en 2012 hubo unos 207 millones de casos de la enfermedad que, según las estimaciones, costaron la vida a 627,000, y los habitantes de los países más pobres son los más vulnerables a la enfermedad: un 90% de todas las muertes registradas se producen en África y afectan mayoritariamente a niños menores de cinco años.

Vivir con miedo

Los trabajadores de salud también tienen miedo de contraer la infección, y son cada vez más reacios a ayudar. En algunos lugares, se ha excedido la capacidad de albergar enfermos.

''Los profesionales de atención de salud tienen miedo de aceptar nuevos pacientes, sobre todo en las clínicas comunitarias en todo el país", dijo la presidenta de Liberia Ellen Johnson-Sirleaf. ''En consecuencia, muchas enfermedades comunes que son especialmente frecuentes durante la estación lluviosa, como la malaria, la fiebre tifoidea y el resfriado común, van a quedar sin tratarse y pueden conducir a muertes innecesarias y evitables” puntualizó.

El virus del Ébola se disemina sin control y se hace imperioso contar con lugares adecuados especialmente. Algunas clínicas ayudadas por Médicos sin Fronteras están equipando pabellones aislados para atender a los pacientes con Ébola o con síntomas sospechosos del mal.

En la capital de Sierra Leona, Freetown, el cloro se ha apoderado de la ciudad. A la entrada de los supermercados, aceras, oficinas, casas religiosas, e incluso algunas viviendas particulares, hay cubos de plástico llenos de agua y cloro para el lavado de manos.

Muchas personas compartían taxis y ya no lo hacen. Y los líderes religiosos también están aconsejando a la gente que se salude de otra manera. “Hemos pedido a nuestros feligreses que pongan la mano derecha sobre el pecho y bajen la cabeza un poco en señal de saludo, en lugar de estrechar la mano hasta que pase la epidemia del Ébola”, dijo Alie Yunus Kallay, miembro del Grupo de Trabajo del Consejo Interreligioso del Ébola.

Aunque los recursos millonarios siguen llegando y muchos organismos trabajan desesperadamente en busca de una vacuna o tratamiento que ayude a frenar el avance del virus más mortal, otras amenazas le esperan a la ya castigada zona africana.

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