Ante la tendencia mundial hacia tener una población de adultos mayores hace necesario buscar alternativas para prevenir los padecimientos que con mayor frecuencia se presentan en este grupo de edad.
Al igual que las articulaciones a nivel cerebral también existe cierto desgaste natural, incluso se sabe que el tamaño de una parte del cerebro llamado hipocampo reduce en la edad adulta, llevando a un deterioro de la memoria y aumentando el riesgo de demencia.
Alzheimer en el mundo
La enfermedad de Alzheimer es un trastorno dependiente de la edad y neurodegenerativo caracterizado por deficiencias de aprendizaje, memoria y comunicación, y representa el 60% a 80% de los casos de demencia en todo el mundo.
El tratamiento farmacológico actual para esta enfermedad ha demostrado avances en la mejoría de la sintomatología. Sin embargo, no se ha demostrado que retrasan significativamente la progresión de la enfermedad.
Debido a esto se han investigado múltiples alternativas, entre ellas el ejercicio ha demostrado tener peculiares resultados.
¿Qué debo hacer para reducir el riesgo de padecer Alzheimer?
En términos generales el ejercicio físico mejora las funciones cognitivas, aumentando los factores de crecimiento de células nerviosas y demás estructuras, ya que puede mantener el volumen del hipocampo y retrasar la aparición o progresión de la enfermedad de Alzheimer con un costo mínimo y efectos adversos.
Aún no se conoce a profundidad el efecto del ejercicio en el Alzheimer, sin embargo, lo que se conoce es benéfico para prevenirla.
Se recomienda que el ejercicio físico que se realice sea del gusto de cada persona. Se ha demostrado que los ejercicios aeróbicos suelen traer más beneficio como correr, trotar, andar en bici, patines, esquiar, andar, etc.).
Se debe prestar atención en que sea al menos 150 minutos de ejercicio a la semana divididos en al menos 3 días, no importa la edad en la que se inicie, siempre y cuando se tome como un hábito, incluso en la edad adulta, previa consulta con tu médico.
En términos generales el ejercicio físico mejora las funciones cognitivas, aumentando los factores de crecimiento de células nerviosas y demás estructuras, ya que puede mantener el volumen del hipocampo y retrasar la aparición o progresión de la enfermedad de Alzheimer con un costo mínimo y efectos adversos.
Aún no se conoce a profundidad el efecto del ejercicio en el Alzheimer, sin embargo, lo que se conoce es benéfico para prevenirla.
Se recomienda que el ejercicio físico que se realice sea del gusto de cada persona. Se ha demostrado que los ejercicios aeróbicos suelen traer más beneficio como correr, trotar, andar en bici, patines, esquiar, andar, etc.).
Se debe prestar atención en que sea al menos 150 minutos de ejercicio a la semana divididos en al menos 3 días, no importa la edad en la que se inicie, siempre y cuando se tome como un hábito, incluso en la edad adulta, previa consulta con tu médico.