Williams y otros famosos que eligieron la muerte

Aunque se dedicó durante varios años a robar sonrisas a su público mediante sus divertidas películas, la verdad es que por dentro el actor Robin Williams vivió toda una amargura. Y es que, a lo largo de su vida se enfrentó a fuertes depresiones, así como a adicciones hacia el alcohol y las drogas, por lo que decidió poner fin a su vida.

La mañana del 11 de agosto de 2014, las autoridades del condado de Marin, en California, encontraron el cuerpo del actor sin signos de respiración, por lo que las especulaciones sobre un suicidio causado por asfixia no se hicieron esperar. Esta noticia enmudeció a todo el medio entero, quien sigue sin creer la partida de Williams.

Desafortunadamente el suicidio figura entre los motivos de muerte más conocidos en Estados Unidos, de hecho es la onceava causa en el país, según informa el Instituto Nacional de Salud Mental. En resumidas palabras, consiste en poner una solución definitiva a un problema temporal.

El problema de esta situación es que ha ido en aumento. De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) entre 1999 y 2010 hubo un incremento de 13.7 a 17.6 suicidios por cada 100,000 habitantes, es decir, un 28% más de casos.

Desafortunadamente lo de Williams no es el primer caso que se presenta de este tipo. A finales de julio de 2014, la actriz Drew Barrymore experimentó la profunda pérdida de su hermana Jessica, quien fue encontrada sin vida en el interior de un auto junto a varias pastillas y una bebida energética, lo que abrió las sospechas de otro suicidio.

En febrero del mismo año, la actriz Julia Roberts también vivió la misma pena, luego que Nancy Motes, su media hermana de 37 años fue hallada sin signos vitales en Los Ángeles. De acuerdo con los peritajes, su fallecimiento fue provocado por una sobredosis de drogas.

Algunos factores, como una ruptura de alguna relación sentimental, una fuerte pelea con un padre, un embarazo no deseado, ser rechazado o ser objeto de malos tratos derivaría en que una persona se sienta profundamente alterada o desesperada. Una situación como éstas, añadida a una depresión preexistente es la gota que derrama el vaso.

A principios de febrero de 2014 el actor Philip Seymour Hoffman fue encontrado sin signos vitales junto a varios sobres de droga en su apartamento de Nueva York. Luego de practicarle la autopsia se halló que el artista murió por sobredosis. Según varios allegados, su vida siempre fue muy depresiva.

Existen ciertos rasgos que permiten identificar a una persona con intensiones de llegar al suicidio. Por ejemplo, la Fundación Nemours menciona que tratará de hablar sobre “emprender un viaje”, “marcharse” e “irse”. También reflejará sentimientos de culpa, desesperación, tiene conductas destructivas y aislamiento.

El 22 de enero de 2008 el actor de la cinta “Brokeback Mountain” fue hallado sin vida en su apartamento de Nueva York . Según el informe forense Ledger murió tras combinar diferentes fármacos como calmantes, píldoras para dormir y otros medicamentos. Al final, también atentó con su vida.

Aunque para muchos tener fama y dinero sería un sinónimo de alegrías, para otros esto simplemente pasa a segundo término cuando existe un vacío existencial. Tal fue el caso del rockero Kurt Cobain, quien el 8 de abril de 1994 sufrió un disparo de arma de fuego en la cabeza.

Otro caso que también llamó la atención del mundo fue la muerte de “El Rey” Elvis Presley. En 1977 su cuerpo fue hallado en su baño de la mansión de Graceland, en Estados Unidos. Luego de ser sometido a la autopsia, se encontró que el intérprete de “Jailhouse rock” experimentó una sobredosis, que se vinculó a un intento de suicidio.

Según el Instituto Nacional de Salud Mental, el solo hecho de evitar el alcohol y las drogas puede ayudar a reducir el riesgo de quitarse la vida. Es importante prestar atención a las personas que tienen pensamientos destructivos, pues antes de intentar suicidarse, suelen hablar de dichas pretensiones abiertamente.

Lo más importante es externar el apoyo a la persona, ayudarlo a entender que no se encuentra solo y que existe una solución a sus problemas que no es precisamente el suicidio. Existen grupos de apoyo que se enfocan en tratar situaciones depresivas, y además, dan un buen enfoque a ciertas emociones.

Es una de las partes más importantes del tratamiento. Para esto es necesario evaluar y tratar cualquier trastorno de salud mental que pueda haber llevado al intento de suicidio. Esto puede abarcar trastorno del límite de la personalidad, dependencia del alcohol o drogas, depresión mayor y esquizofrenia.

Si tú o alguien que conoces necesita ayuda existe una número que puede hacer la diferencia. Se trata de la Línea Nacional de Prevención del Suicidio (1-800-273-8255). Los trabajadores capacitados para lidiar con la crisis están disponibles para hablar las 24 horas los 7 días de la semana.

Según la Asociación Americana de Suicidología, los pensamientos suicidas están generalmente relacionados con problemas que pueden resolverse. Un ejercicio que podría funcionar sería imaginarse la situación en un largo plazo, esto con la intención que el paciente entienda que su conflicto se trata de algo pasajero.