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¿Cuál es el mejor tratamiento para el asma?
Por HolaDoctor
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Una enfermedad crónica
El asma es una de las enfermedades crónicas más comunes y estará contigo de por vida. En los EEUU hay cerca de 25 millones de personas que viven con asma. Aunque no se puede curar, es posible controlarlo para reducir y prevenir los ataques. En el mes del asma, aprende cómo lograrlo.
Es una enfermedad crónica que afecta las vías respiratorias, los tubos que llevan el aire hacia dentro y fuera de los pulmones. Si padeces de asma, las paredes internas de tus vías respiratorias se inflaman y se estrechan, y los pulmones recibirán menos aire. Fuente: Institutos Nacionales de Salud.
No todas las personas que sufren de asma tienen los mismos síntomas, pero los más frecuentes son: respiración con silbido (sibilancias), tos, especialmente temprano por la mañana o a la noche, presión en el pecho y dificultad para respirar.
Tener los síntomas anteriores también pueden indicar otra enfermedad. Para saber si tienes asma, el doctor realizará exámenes para comprobar si los pulmones están funcionando correctamente, además de ver tu historia médica y realizar un examen físico, según los Institutos Nacionales de Salud (NIH).
A personas de todas las edades, entornos y orígenes. En la mayoría de los casos, no se conoce la causa del asma ni tampoco cómo curarla. Ciertos factores pueden aumentar la probabilidad de que una persona tenga asma en comparación con otra, por ejemplo, tener un familiar con la enfermedad. (CDC)
Es una obstrucción de la respiración. Durante un ataque de asma, las paredes de las vías respiratorias en los pulmones se hinchan y las vías respiratorias se contraen. Menos aire entra y sale de los pulmones y mucosa, esto produce que se obstruyan las vías respiratorias aún más.
Un ataque de asma puede ocurrir cuando te expones a factores desencadenantes. Los más comunes son: el humo de tabaco, los ácaros del polvo, la contaminación del aire exterior, el humo de las fábricas o de cualquier tipo de fuego, las cucarachas, los animales y el moho, el ejercicio físico.
Algunos medicamentos, el mal tiempo, la alta humedad; respirar el aire frío y seco, y algunos alimentos, y las fragancias o mascotas. Las infecciones relacionadas con la influenza (gripe), resfriados y virus sincitial respiratorio, la sinusitis y alergias pueden desencadenar ataques. (CDC)
Lo mejor para una persona que padece asma es reconocer los signos que indican un ataque inminente, evitar el contacto con las cosas que lo pueden originar o desencadenar, y seguir siempre las recomendaciones del médico, informan los Centros Para el Control y Prevención de enfermedades (CDC).
Aprende a manejarlo
Los conocimientos sobre el manejo del asma pueden ayudarte a controlar esta enfermedad crónica. Al hacerlo, podrás respirar mejor, realizar las actividades físicas que te gustan, dormir bien y evitar las hospitalizaciones, la tos y las sibilancias.
No tiene una cura, pero se puede atenuar. Los medicamentos pueden ser: de alivio rápido y de largo plazo. Los de alivio rápido controlan los síntomas y los de largo plazo, ayudan a tener menos ataques y más leves, pero no ayudan mientras estás teniendo un ataque o episodio de asma.
¿Puedo controlarlo?
Sí. Con la ayuda del médico, puedes crear tu propio plan para el control y así saber qué debes hacer en un episodio. Usa los medicamentos recetados según las indicaciones médicas y trata de observar lo que a tí te provoca más ataques y aléjate de los riesgos: recuerda que tú puedes controlar el asma.
Prevención en el hogar
Si padeces asma, cubre las camas con fundas "a prueba de alergias" para eliminar los ácaros, quita los tapetes de las alcobas y aspira a menudo, usa sólo detergentes y limpiadores sin fragancia, mantén los niveles de humedad bajos, aleja a las mascotas y no dejes que las personas fumen en tu hogar.
Cuándo llamar al médico
Llama al médico o acude a la sala de urgencias si: un ataque requiere más medicamento de lo recomendado, los síntomas empeoran o no mejoran con el tratamiento, se presenta dificultad respiratoria al hablar, jadeo o ahogo más de lo frecuente en un episodio. (CDC).