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Bajar de a dos ¿es más fácil?
Por ggarcia@holadoctor.net
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En las buenas y en las malas
Dos hermanas se "asociaron" para bajar de peso. Llenaron las paredes de fotos con sus cambios físicos y se hicieron una promesa firme de alentarse una a la otra para seguir bajando... y aplicarse algún "castigo" si se les ocurría claudicar.
Paula y Angie McShane, de Glasgow, Escocia, se decidieron a bajar 170 libras (77 kilos) entre ambas. Y llevaron un registro fotográfico que pegaron en la pared de la habitación para tener bien a la vista en todo momento.
El embarazo tuvo la culpa
Paula, de 33 años, confiesa que desde el nacimiento de su hijo Connor, que hoy tiene 13 años, quedó con un sobrepeso que no lograba bajar. Y hasta se había resignado a pensar que había nacido para ser gorda.
Sola en un rincón
“Mi confianza estaba totalmente destruida, casi nunca salía con amigos porque me avergonzaba mi aspecto. Y si alguna vez salía, era de las que cuidaban los bolsos y la ropa del grupo mientras todos bailaban”, recuerda Paula.
Las fotos la ayudaron
“Fue muy lindo cuando algún amigo o familiar me decía lo bien que me veía", dice Paula. Pero sostiene que no podría haberlo hecho sin las fotos, ya que cuando se sentía desalentada, mirarlas la ayudaban a seguir hacia la meta.
Caminata hacia los snacks
Angie, de 36 años, trabaja como empleada administrativa, y confiesa que hacía poca actividad física, “mi único ejercicio era ir a la máquina expendedora del trabajo a comprar papas fritas, dulces y gaseosas“
Adicta a la dieta
“Me sentía horrible y no podía pensar que iba a dejar de ser otra cosa que gorda. Después de 15 años, me parecía imposible volver a ser delgada”, recuerda. Pero cuando empecé a bajar, me volví adicta a la dieta y al ejercicio.
Estrategia exitosa
Para adelgazar, las hermanas dejaron de comprar comida para llevar o “take away”, empezaron a comer sano y a cocinar en casa. Y se anotaron en el “Cambridge Weight Plan” para bajar de peso.
Siguieron el Plan Cambridge
Propone una dieta hipocalórica, que comienza con 440 calorías diarias en la primera fase hasta llegar a 1500 en la cuarta. Se consumen sopas, batidos, barras y porridge (sopa de avena), mucho líquido y se recomienda hacer actividad física.
El desayuno con tocino de antes se transformó en huevos revueltos o cereales. Como almuerzo, se reemplazaron las hamburguesas y papas por ensaladas; y la cena pasó de comida para llevar a platos caseros. Los snacks cambiaron de papas fritas y dulces a frutas.
Las hermanas probaron sin éxito todo tipo de dietas durante 20 años. Ambas pesaban más de 222 libras (101 kg) antes de comenzar su plan, y en 6 meses habían bajado 170 libras (63.5 kg) entre las dos, y pasaron del talle 20 al 12.
Si una de las dos hermanas se tentaba con abandonar la clase de ejercicios, la otra se encargaba de enviarle por celular imágenes de sus épocas “de gorda”, para mantener la motivación.
Según Paula, la morocha, su hijo la había visto siempre como una mamá gorda. Hoy el pequeño está orgulloso de su nueva figura e hizo una planilla donde anotan cada libra que le falta perder, y cada semana él marca los logros con colores.
Mejor entre todos
Un estudio realizado en Rhode Island con 3330 voluntarios obesos y con sobrepeso demostró que es posible bajar más de peso en grupo o a través de una competencia. La motivación general es un motor muy importante.
Formar un equipo con amigos, familiares o compañeros de trabajo que estén motivados puede ser una de las claves del éxito. Las ganas de bajar de peso son contagiosas y los más entusiastas animan a los demás a seguir adelante.