Si alguna vez te has puesto nervioso sólo de pensar en ir al dentista, no eres el único. Quizá temas que la visita pueda doler, pero eso no debe preocuparte, haz una cita lo antes posible y confía en los expertos de la American Dental Association (ADA), quienes te dan consejos para una visita con menos estrés y ansiedad.
No la retrases
Sea cual fuera la razón, el equipo dental apropiado se asegurará de cuidar tu salud dental y emocional. Cuanto más retrases la visita, o simplemente si no vas, mayor es el riesgo de desarrollar problemas dentales que abran paso a futuras visitas dentales más difíciles. Usa estas estrategias en tu próxima visita para bajar tu ansiedad y reforzar tu sonrisa.
Cualquiera que sienta ansiedad sabe que compartir lo que piensa cambia mucho las cosas. Si estás tenso o ansioso, hazte un favor a ti mismo y desahógate sobre tus preocupaciones. Tu dentista y su equipo dental podrán tratarte mejor si conocen tus necesidades.
Cuando conciertes la cita, dile al recepcionista que te ponen nervioso las visitas dentales. Recuérdales a tu dentista y a su equipo dental tu ansiedad durante la cita. Comparte tus malas experiencias en el pasado, y pide sugerencias para manejar tu ansiedad.
A veces, saber lo que va a ocurrir alivia el miedo a lo desconocido. Siempre tememos a lo que no conocemos, y la consulta con el odontólogo no es una excepción.
Hazle saber a tu dentista que si alzas la mano, quiere decir que necesitas un descanso durante un examen dental o que te ocurre algo que merece un paréntesis.
A algunos pacientes les da vergüenza comunicar su intolerancia al dolor o no quieren interrumpir al dentista durante una intervención. Habla con tu dentista sobre el dolor antes de que empiece para que sepa cómo comunicarse contigo y te haga sentir más cómodo.
6. Distráete
Desviar la mente de un examen dental puede parecer imposible cuando estás nervioso, pero hay algunas cosas que puedes hacer para ayudar a distraer tus pensamientos. Imagina tu lugar feliz y visualízate a ti mismo en una playa o jardín relajante.
Si el sonido del taladro te molesta, lleva auriculares para poder oír tu audio-libro favorito. Algunas consultas dentales hasta tienen televisiones o ponen DVDs. Y ahora, hay algunos consultorios que proveen gafas de realidad virtual para relajar a los pacientes.
8. Ocupa tus manos
Podrías estrujar una bola para mitigar el estrés o jugar con un objeto pequeño portátil, como un fidget spinner o un trompo de mano.
9. Usa técnicas de relajación
La relajación empieza en tu mente. Trata de hacer ejercicios de respiración profunda para ayudar a relajar la tensión en los músculos. Cuenta las veces que tomas aire. Inhala despacio y exhala el mismo número de veces. Haz esto 5 veces mientras estás en la sala de espera, o durante los descansos cuando estés sentado en el sillón dental.
10. Haz un escaneo corporal
Concéntrate en relajar los músculos, cada parte de tu cuerpo, una por una. Empieza por la cabeza y ve bajando hasta los dedos de tus pies. Por ejemplo, puedes concentrarte en relajar la tensión en tu frente, luego en tus mejillas, después en tu cuello y más tarde en el resto de tu cuerpo.