Michael Schumacher, entre la vida y la muerte

Todo comenzó la mañana del 29 de diciembre, cuando Michael, de 44 años, se encontraba esquiando junto con su hijo Mick, de 14 años. En uno de los cruces de la pista, el atleta perdió el control de los esquís y salió volando, terminando por estrellar violentamente su cabeza contra una roca. Ante esto, tuvo que ser hospitalizado de urgencia.

Cuando Schumacher llegó al hospital “estaba en estado de shock, nervioso, pero consciente. Quizá es un traumatismo craneal, pero no sabemos exactamente si es grave o no”, declaró Christophe Gerningnon-Lecomte, director del Centro Hospitalario Universitario de Grenoble, lugar donde el alemán es atendido.

El neurocirujano Stephan Chabardes comentó que tras someterlo a un escáner cerebral de emergencia, se encontró que el heptacampeón de F1, también mostraba una hemorragia interna y lesiones. Debido a esto tuvieron que operarlo inmediatamente.

Un traumatismo cerebral, de acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina, es un golpe fuerte o una lesión penetrante de la cabeza. En Estados Unidos este tema no es ajeno, ya que anualmente se calcula que aproximadamente 1.5 millones de personas experimentan este cuadro.

Cuando el tejido cerebral lesionado se inflama, se ejerce presión sobre el resto del cerebro porque el cráneo no se expande. Esta inflamación es muy grave, ya que al aumentar la presión sobre el cerebro, se dañan las células cerebrales. Si este problema no es atendido, la muerte es inminente.

Los médicos que tratan al mejor piloto alemán de los 90 no se atrevieron a dar un pronóstico e indicaron que tratan su grave lesión “hora a hora”. De acuerdo con el jefe anestesiólogo Jean-Francois Payen, hasta el momento “Schumi” continúa en estado de coma inducido médicamente.

De acuerdo con el periódico alemán Bild el ex piloto se accidentó luego de percatarse que la hija de uno de sus amigos se había caído, razón por la que se salió de su ruta y entró a una zona en donde la nieve es más esponjosa y no notó la presencia de unas rocas contra las cuales se estrelló.

Luego que un examen cerebral mostró a los médicos pequeños y “sorprendentes” indicios de mejoría, el 31 de diciembre el piloto tuvo que ser sometido a una segunda cirugía, sin embargo, aún permanece en un coma inducido.

El Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares define al coma como un estado profundo de inconsciencia. Es decir, “Schumi” está vivo, pero es incapaz de moverse o responder a su entorno. El coma habría sido inducido como una estrategia para enfrentar daños cerebrales.

Rara vez el estado de coma dura más de 2 a 4 semanas. Estos resultados dependen de la causa, severidad y sitio de la lesión. No obstante, en algunos casos se ha hallado que pacientes pueden permanecer en coma durante años o incluso décadas.

Ante un accidente como éste, la pregunta latente es si el piloto podrá recuperarse sin sufrir estragos en su salud. El doctor Jesús Porta, jefe de la Unidad Integral de Neurología de la Clínica La Luz (Madrid) asegura que un 40% de los afectados por un traumatismo craneoencefálico grave termina falleciendo.

“La gravedad dependerá en la fase aguda de dos aspectos, la intensidad del traumatismo y las complicaciones asociadas que puedan aparecer”, asegura el galeno y advierte que las secuelas que este cuadro deja van desde quedarse en estado de coma, a otras que pueden ser cognitivas y físicas.

Las alteraciones cognitivas que un paciente con un traumatismo craneoencefálico puede sufrir son problemas en el control de la conducta, dificultades de abstracción y resolución de problemas, trastornos de aprendizaje y memoria, así como alteraciones físicas que implican problemas en la movilidad y el lenguaje.

En situaciones de traumatismos severos, como la del poseedor de 91 victorias en Fórmula 1, se suele inflamar el cerebro, lo que puede traer un daño axonal difuso o una isquemia o edema cerebral. Para esto, Porta recomienda hacer una craneotomía descomprensiva.

De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina, otro de los puntos que los médicos estarían vigilando sería la alta presión intracraneal, a través de medicamentos vía intravenosa, o, si es muy severa, mediante un catéter que busca descomprimir el cerebro.

Además, es muy probable que los médicos que atienden al piloto estén realizando una exhaustiva labor para evitar cualquier signo de que el deportista pueda empeorar, ya que, varios de los síntomas se podrían agravar con el paso de las horas.

De acuerdo con reportes oficiales, gracias a que el piloto llevaba puesto un casco de seguridad al momento del impacto, pudo llegar a la sala de operaciones. La causa del accidente está siendo investigada por la policía, aunque aún no está claro, según con Gerninton-Lecomte.

Dar un pronóstico sobre un cuadro como éste va a depender en gran medida de la gravedad y rapidez con la que se actúa. La recuperación podría llegar a tardar hasta dos años, con la meta de mejorar los déficits neurológicos.

En entrevista para la cadena CNN, el periodista británico Kevin Garside afirmó que el alemán es “un muy buen esquiador” y como la mayoría de los pilotos de la Fórmula 1, desafía la velocidad sin temor alguno: “Estas personas no reconocen el miedo como tú y yo lo hacemos. No hay gen en su cuerpo que les permita ir lento”.

Aunque las enciclopedias de medicina y varios institutos de salud adviertan sobre los posibles cambios que podría sufrir una persona con un traumatismo craneal, habrá que esperar para saber cómo evoluciona la salud del piloto.