El estudio científico que llegó a esta conclusión fue conducido por la socióloga Heather Hlavka, de la Universidad Marquette, quien entrevistó y analizó a 100 adolescentes mujeres de 3 a 17 años que han experimentado un asalto sexual y en su mayoría ven el tema como algo normal dentro de sus comunidades y lo consideran más bien un elemento de la vida cotidiana y no un acto de violencia.
Muchas de las niñas dijeron tener miedo a hablar del tema por temor a recibir insultos y ser llamadas prostitutas.
Con estos datos, no resulta llamativo que sólo el 60% de los casos sean reportados por las 238 mil mujeres que cada año son víctimas de este tipo de violencia.
Entre las razones citadas por la investigadora se encuentran algunos datos también muy preocupantes como lo son la falta de confianza en las autoridades y el miedo a la represalia por parte de sus victimarios.
Muchas de las jóvenes entrevistadas por la socióloga describieron cómo sus pares y hasta sus propios amigos descreen de estas historias de abuso y que por eso cuesta mucho que las jóvenes se abran y cuenten sus historias.
Otro de los problemas, es que las niñas son frecuentemente muy criticadas por no ser capaces de manejar las conductas agresivas de los varones y por otro lado, tampoco quieren armar un escándalo sobre el tema y prefieren mantenerlo en bajo perfil.
"La falta de seguridad y de apoyo en estas chicas es palpable", explica Hlavka. “Con este estudio, podemos llegar a entender por qué las mujeres jóvenes sienten que son ellas las que deben protegerse a sí mismas de la violencia y el acoso de todos los días sin la ayuda de los demás".
"Te agarran, te tocan atrás y tratan de tocarte adelante también y se escapan corriendo, pero esta Ok, nunca pensé que era algo muy grave porque pasa todo el tiempo', dijo a la investigadora una nena de 13 años.
Las niñas expresaron a los investigadores que temen que las otras niñas se enteren porque seguramente serán catalogadas de prostitutas o "fáciles" y que el reportarlo podría ser considerado una exageración y una reacción sobre-dimensionada.
El reporte, explican los investigadores, nos enseña a los adultos a que tenemos que lograr enseñarles a nuestros jóvenes a que la violencia sexual no es aceptable y que esto debe hacerse lo antes posible.
Ser víctima de abuso o violencia sexual durante la adolescencia es una de las experiencias más traumáticas, dolorosas e invalidantes que pueden vivir los jóvenes. Muchos creen que cuando las chicas y los chicos llegan a la adolescencia el riesgo de violencia sexual es menor para ellos porque ya son capaces de defenderse. Pero las estadísticas dicen que precisamente la adolescencia es la edad de mayor riesgo.
Qué es la violencia sexual
Violencia o abuso sexual es cualquier acto de naturaleza sexual al que se obliga a una persona, en este caso a un adolescente sin que ella lo desee.
Cada año, según estadísticas y proyecciones de la Sociedad Americana de Pediatría, el uno por ciento de los niños del mundo sufriría algún tipo de abuso sexual, definido éste como la la exposición intencional de niños menores a algún tipo de actividad sexual por parte de otra persona.
Esto incluye cuando a una adolescente se la obliga a mantener relaciones sexuales o cualquier tipo de contacto sexual sin que ella lo desee y también cuando se la toca o se la obliga a tocar a alguien, a desnudarse o a acariciarse íntimamente, aunque el agresor no la toque.
