FOMO, ansiedad y tecnodependencia

No es fácil salir ileso de un mundo plagado de imágenes sonrientes y fabulosas que pueden hacernos sentir que nuestra vida es aburrida o incluso darnos tristeza.

Muchas de estas personas creen que su vida es menos interesante que la de sus allegados y les da ansiedad desconectarse por un momento o "interrumpir" el flujo de ida y vuelta de información constante que los mantiene vigente. 

FOMO, ansiedad y tecnodependencia
| Foto: THINKSTOCK

Las redes sociales, el minuto a minuto de las fotos y eventos han acercado a las personas a los hechos que acontecen en todo el mundo y también a esas vacaciones fabulosas, esas fiestas inolvidables, esos autos últimos modelos etc. etc. etc.

Así es como adolescentes y adultos se conectan a cualquier momento y mandan mensajes de texto aún cuando están manejando y ponen en riesgo sus propias vidas, interrumpen llamadas para tomar otras, aunque no sepan quién está en la otra línea, chequean Twitter y Facebook en forma permanente, como si lo que no apareciera allí, simplemente "no existe".

Cualquier buen momento puede echarse a perder si se descubre que alguien la está pasando mejor o si se realizó un evento al que no has sido invitado.

La ansiedad que puede producir el darse cuenta que nos estamos perdiendo algo y que no podemos desconectarnos ni un minuto ya tene nombre: FOMO, Fear of Missing Out.

FOMO es un miedo social que siempre ha existido y se asocia a uno de los grandes temores del ser humano, el miedo al rechazo y a la exclusión, el miedo a no ser lo suficientemente popular y aceptado.

De acuerdo con un estudio de JWT, una de las empresas de marketing y comunicación más importantes, asegura que 3 de cada 10 personas que tienen entre 13 y 34 años han experimentado esta sensación generalmente cuando ven que sus amigos hacen cosas a las que no están invitados.

Una obsesión que no para

¿Te has metido en el chat de algún amigo o pareja para ver si está conectado, despierto o hablando con alguien? ¿Has entrado a las redes para ver la fiesta a la que no fuiste invitado? El acceder al mundo en forma instantánea puede ser un arma de doble filo, fenómeno que afecta no sólo a las nuevas generaciones.

Este trastorno psicológico ha sido estudiado por varios especialistas como el Doctor Andrew Przybylski de la Universidad de Reino Unido y publicado en la revista Computers in Human Behavoir, donde dicen que las personas que padecen FOMO, suelen ser personas que no se sienten lo suficientemente comprometidas, cuidadas o reconocidas.

Si bien es algo muy reciente y comenzó a identificarse en los últimos años, los psiquiatras están tratando estos casos de FOMO como un síntoma asociado a otros cuadros de ansiedad como el llamado tecnoestrés o tecnodependencia. Hay reportes que indican que quienes padecen este trastorno pueden sentir incluso molestias físicas y hasta ataques de pánico motivado por este miedo de perderse algo y quedar desconectados.

Un estudio realizado por investigadores del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud que analiza la impronta de lo virtual en la juventud asegura que el 82% de los adolescentes entre los 12 y 18 años considera que una de las mayores utilidades de internet es que te permite «saber lo que ocurre». 

Por su parte, la empresa de electrónica Cisco evaluó la conducta de unos 1800 jóvenes de 18 a 30 años de unos 18 países y aseguró que el 30% reconoció que chequea su celular constantemente. Un 25% cada 10 minutos y un 35% cada 35 minutos. Es decir, el 90% no llega a una hora sin controlar lo que sucede. 

Por otro lado, dos de cada cinco entrevistados confesaron sentirse "ansiosos" si no pudieran revisar constantemente su celular. 

En relación al lugar donde usan el teléfono, el 75% de los jóvenes dijeron que en la cama, el 46% en las comidas con amigos y familiares, el 30% en el baño y el 20% mientras conduce un auto.

Las redes sociales, como Faceboook o Twitter, serían mucho más adictivas que el tabaco y el alcohol, según un estudio llevado a cabo  por un grupo de investigadores de la Universidad de Chicago.

El estudio consistió en analizar la conducta de 205 adultos de entre 18 y 85 años y ver sus patrones de comportamiento a través de un smartphone. Durante el día se enviaban mensajes a los participantes preguntándoles si habían sentido algún "deseo de conectarse" en los últimos 30 minutos; de ser así, los voluntarios tenían que explicar la naturaleza del deseo, su intensidad y si se habían resistido o habían sucumbido a él.

Luego de revisar 10,558 mensajes de texto, los investigadores observaron que los participantes habían reportado que los deseos más difíciles de contener eran los relativos a las redes sociales, quizás porque no conllevan un perjuicio notable para la salud como lo son el tabaco y el alcohol.

Según otro estudio llevado a cabo por la Universidad de Maryland, cuatro de cada cinco usuarios asiduos de las redes sociales presentarían síntomas de síndrome de abstinencia cuando no tienen acceso a ellas. Como conclusión, la directora del estudio, Susan Moeller, dijo que las personas a las que se les impidió conectarse, presentaron síntomas de irritabilidad, nerviosismo e incluso depresión, similar a lo que le sucede a otra clase de adictos cuando están con el síndrome de abstinencia.

Algunas ideas

Para reducir el impacto del FOMO, los expertos recomiendan potenciar otros ámbitos de la vida,  como encuentros cara a cara con amigos, salidas, deporte, evitar que estar conectado a las redes te impida hacer otras cosas como conversar, comer o ver a tus hijos, controlar el horario, no dejarlo encendido en forma permanente, elegir los momentos para conectarse y sobre todo pensar que es mejor perder información a corto plazo pero mantener una vida estable y vivir más tranquilo. Nadie puede estar en varios lados a la vez, y todo no se puede. Aunque cueste aprenderlo.

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