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Bristol Palin perdió la virginidad estando ebria

Es algo muy común escuchar que las personas que beben en exceso después no se acuerdan de lo que hicieron cuando estaban borrachas. Y si no, habrá que preguntarle a Bristol Palin, la hija mayor de Sarah Palin, ex candidata a la vicepresidencia de los Estados Unidos.

Pero la finalista de “Bailando con las estrellas” no sólo perdió la memoria tras beber mucho alcohol. También perdió la virginididad. Así lo explica en su autobiografía “Not afraid of Life: My Journey So Far” (en español, “Sin miedo a la vida: mi viaje hasta el momento”), recientemente publicada.

Según relata en el libro, Bristol Palin, de 20 años, le mintió a su madre diciéndole que se iba a dormir a la casa de una amiga y se fue con su novio Levi Johnston y otros amigos a acampar.

En la noche de los estrenos, Palin se animó a probar por primera vez alcohol. Aunque aparentemente se trató de vino rebajado, la joven terminó embriagándose.

Bristol Palin perdió la virginidad estando ebria

Puntos clave

  • Un estudio demuestra que los jóvenes son más propensos a tener conductas riesgosas cuando toman alcohol o usan drogas
  • Tener sexo sin condón es considerado una conducta de riesgo
  • Uno de cada cinco estudiantes secundarios confiesa haber tomado alcohol o drogas antes de tener sexo

Al día siguiente, tal como relata en el libro, una amiga le tuvo que recordar que había tenido sexo con su novio, Levi, ya que ella no recordaba nada.

"Todos mis planes, mis promesas, mis principios morales habían desaparecido en una sola noche horrorosa y una serie de decisiones erróneas", comenta Bristol, según The Asociated Press que pudo obtener una copia antes de salir a la venta el libro.

A pesar de este inicio sexual, Bristol y Levi siguieron su relación sentimental. Paradójicamente, Palin ya había empezado a usar un método anticonceptivo, cuando a los 17 quedó embarazada de Tripp, su hijo que actualmente tiene dos años y medio.

Un estudio de los Centros de Control y Prevención de los Estados Unidos (CDC, su sigla en inglés) demostró que los jóvenes estadounidenses son más propensos a involucrarse en comportamientos de alto riesgo, como tener sexo sin protegerse, cuando están bajo la influencia del alcohol o las drogas. En 2009, el 22 por ciento de los estudiantes secundarios, que habían tenido relaciones sexuales durante los últimos tres meses, admitieron beber alcohol o usar drogas antes de su última relación sexual.

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