Moore ¿culpable de la adicción de su hija?

La vida de la actriz Demi Moore no ha sido nada fácil. Aunque goza de popularidad y cobra un buen sueldo, su historial también incluye una batalla contra la anorexia y las adicciones. Y a pesar de haber vencido estos problemas nuevamente vuelve a revivir esta difícil experiencia a manos de su hija Tallulah Willis, quien en julio de 2014 ingresó a un centro para adictos.

De hecho, esta situación ha hecho sentir a la actriz estadounidense culpable por haber transmitido parte de sus problemas, lo cual la habría hundido en una profunda depresión.

Moore ¿culpable de la adicción de su hija?
Getty Images | Foto: GETTY IMAGES

“La joven está progresando poco a poco, pero Demi está destrozada. Está convencida de que ha heredado de ella sus problemas con el alcohol y las drogas. Su hija mayor, Rumer está muy preocupada, y está tratando de ayudarla a superar este trauma. Pero Demi no puede parar de llorar”, aseguró una fuente cercana a la artista a la revista Grazia.

Aunque los familiares de la artista, entre ellos, el padre de la joven Bruce Willis, la han apoyado a salir adelanta, Moore siente que falló como mamá.

“Sus allegados no paran de repetirle que ha hecho lo mejor para Tallulah convenciéndola de que acudiera a rehabilitación, pero no puede evitar sentirse culpable. Por el momento lo único que puede hacer Demi es apoyar a su hija y esperar que todo salga bien”, agregó.

Frente a esta situación, habría que preguntarnos si de verdad podrían transmitirse las adicciones entre padres e hijos. Para responder a este cuestionamiento un estudio hecho por miembros de la Universidad de Cambridge ha demostrado que en efecto, existen ciertas estructuras cerebrales, las cuales son heredadas de generación en generación y podrían hacer más proclives a algunas especies de animales al consumo de drogas.

En dicha investigación, los investigadores escanearon el cerebro de varias ratas y hallaron que algunas de ellas tenían menos receptores de dopamina, unas estructuras donde actúan drogas como la cocaína y heroína para producir sus efectos, lo cual las volvían más impulsivas y propensas al consumo de drogas.

Además de este sorprendente hallazgo no habría que pasar por alto que los hijos también suelen aprender e imitar las conductas que tienen los papás, por lo que si ellos son adictos, es probable que sus retoños también lo sean, así lo considera la consejera en adicciones Regina Kuri.

Cuando el niño percibe la inestabilidad emocional de sus papás, éste presentará dolor, cierto desconcierto psíquico y por consiguiente adoptará una lógica adictiva en su propia vida para después proyectarla en sus relaciones personales, asegura la especialista.

Es por eso que ante un clima destructivo como el mencionado, lo que se sugiere es que padres e hijos reciban terapia psicológica, pues aunque los papás piensen que los niños no se dan cuenta de sus problemas, ellos perciben todo, y al no tener la madurez suficiente para canalizar los hechos, pueden sufrir severos daños en su vida personal.

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