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Lindsay Lohan: juez dice que siga en terapia

Después de permanecer 90 días en terapia para tratar sus adicciones y comportamientos, la actriz Lindsay Lohan abandonó el centro de rehabilitación donde se encontraba. Sin embargo, para el magistrado que sigue su caso en la corte de Los Ángeles no fue suficiente: estipuló que siga en tratamiento hasta realmente ver que no tendrá "una segura recaída".

Lindsay Lohan: juez dice que siga en terapia
Getty Images | Foto: GETTY IMAGES

Puntos clave

El portal de espectáculos TMZ publicó una imagen en donde se ve la protagonista de la cinta “Liz & Dick” sonriendo antes de subirse a una camioneta, tras abandonar el Cliffside Malibu Rehab Center, donde fue trasladada en junio después de haber iniciado su tratamiento en la clínica Betty Ford.

Según reportaron algunos medios, el que la artista haya sido cambiada de un centro de rehabilitación a otro se debió principalmente a la indisciplina que mostró, pues algunos trabajadores aseguraron que se saltaba las terapias y hacía la vida imposible a los demás.

Sin embargo, parte del trabajo que desempeñó en estos centros podrían rendir sus frutos para superar sus adicciones. Una fuente cercana a la estrella reveló a TMZ que Lindsay tuvo que armar una lista de 100 amigos, los cuales separó en dos listas, una de “amigos tóxicos e influencias” y otra de “amigos confiables”. Según la fuente, en la lista de personas que debería borrar de su vida aparecieron 80.

Algo que resultó insólito fue que a pesar que la terapia se enfocó a que la joven se desintoxique del consumo del alcohol y drogas, Lohan pidió tomar Aderall, una medicina para los trastornos de conducta que “eleva” como la cocaína, de acuerdo con la explicación que da el Colegio de Farmacéuticos de EU.

El primer centro que la joven pisó en su última rehabilitación fue el Betty Ford, el cual fue fundado en 1982 y que ha sido un referente para decenas de famosos con problemas de adicción. Dentro de este centro se manejan varias terapias entre las que destacan tratamiento y hospitalización por consumo de drogas, alcohol y ayuda para el manejo del dolor.

En el programa para tratar el alcoholismo, una de las dependencias de Lindsay, se otorga una evaluación clínica minuciosa, atención médica, desintoxicación y un tratamiento primario. A cada paciente se le asigna un equipo de tratamiento que abarca un médico, enfermera, psicólogo, consejero principal, encargado del caso, consejero de atención espiritual, consejero familiar, nutricionista, entrenador de gimnasio y técnico para la dependencia de químicos. El costo por una estancia de 90 días asciende a los 66,750 dólares.

Por otro lado, en el Cliffside Malibu Rehab Center, el otro lugar al que acudió Lohan, se ofrece Neurobiología Interpersonal, un método terapéutico que se enfoca en las conexiones cerebrales de los pacientes, con la finalidad de un mejor desarrollo de emociones en ellos. Además se dan terapias para prevenir recaídas, yoga, acupuntura, consejería espiritual y terapia asistida con equinos.

Independientemente del centro de rehabilitación en donde haya estado “Lilo”, éstos comparten una meta en común: promover el crecimiento personal, para que el adicto aprenda a vivir sin drogas. Para esto también tienen en común una filosofía que se basa en el trabajo grupal, con personas que tienen en común una adicción, y sesiones individuales.

Esta no es la primera ocasión que la joven artista recibe terapia. Anteriormente ya había finalizado otros cinco procesos de rehabilitación.

El que Lindsay haya entrado a un centro de rehabilitación no fue por mera iniciativa sino por un acuerdo con las autoridades por el que evitó entrar a prisión. Todo se originó cuando Lohan mintió a la policía en un accidente de tránsito en junio de 2012 mientras ella estaba en libertad condicional por un delito de hurto que ella misma cometió en 2011.

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