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Ann Romney, fuerte a pesar de su salud débil

Ann Romney, de 63 años, es la esposa del candidato republicano a la presidencia, Mitt Romney, y ha adquirido cierta relevancia en los últimos días debido a las revelaciones que ha hecho sobre los problemas de salud por los que ha atravesado: la lucha contra la esclerosis múltiple, sus abortos involuntarios y su lucha contra el cáncer.

La esclerosis múltiple, al ser una enfermedad crónica e incurable, tuvo un gran impacto en la vida de Ann, que fue diagnosticada en 1998, cuando tenía 49 años, sin embargo, desde un año antes ya presentaba síntomas como fatiga frecuente e intensa, debilidad y adormecimiento en los miembros o problemas para caminar. 

Ann Romney, fuerte a pesar de su salud débil
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En una entrevista, Ann comentó haberse sentido devastada con el diagnóstico: "Para mí era como si algo me estuviera comiendo por dentro, algo que al final sólo dejaría la cáscara de mí". 

Asimismo, asegura que se sentía muy enferma y asustada por los problemas que la enfermedad podría traerle. "Sin embargo, cuando estaba más enferma y débil, [Mitt] estaba ahí: se metía en la cama conmigo para demostrármelo; era como si dijera 'Estoy aquí y tú estás bien; quedémonos juntos y estaremos bien los dos'", explica. 

Ann comenzó de inmediato un tratamiento con esteroides, sin embargo, recurrió también a tratamientos alternativos, como la acupuntura o la reflexología. Asimismo, se involucró en actividades ecuestres, que asegura, le han ayudado a controlar la enfermedad. 

La Biblioteca Nacional de Medicina informa que la esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune en la que se daña el sistema nervioso central, provocando problemas como pérdida de equilibrio, espasmos, entumecimiento, debilidad y temblores, además de problemas emocionales como depresión o una cognición afectada. 

Aunque, Ann tiene ahora su enfermedad bajo control, durante la primavera del 2012 tuvo una recaída: “Fue un verdadero susto: sentía hormigueos y entumecimiento, poco después empecé también a sentirme mareada”, comentó la señora Romney, quien aseguró que el problema se debió al estrés y la tensión experimentados por la campaña de su esposo.

Pero la esclerosis múltiple no es el único mal que ha afectado a la esposa del representante republicano. Ann Romney también sufrió siete abortos involuntarios durante su vida, sin embargo hay uno que considera especialmente traumatizante: fue en 1991, cuando Ann esperaba a su sexto hijo, y estaba en su quinto mes de embarazo.

"Yo estaba en mis 40, y 10 años antes me había hecho una cirugía y me habían advertido que no tendría hijos de nuevo, por lo que estaba muy emocionada de estar embarazada, y mi hijo más pequeño, Craig, estaba muy emocionado también por tener un pequeño hermano", narra la señora Romney.

Fue en la madrugada cuando Ann se dio cuenta de que estaba perdiendo al bebé, y pidió que la llevaran al hospital. Sus hijos, Craig entre ellos, se estaban preparando para ir a la escuela, y les comentaron que "mamá estaba perdiendo al bebé".

"Yo ya estaba en casa para cuando los niños llegaron, y cuando Craig me vio cayó en el piso deshecho en lágrimas; el pequeño estuvo todo el día en la escuela aguantando ese dolor, sin nadie que lo confortara. Fue un momento terrible, porque nadie nos prepara para este tipo de cosas", comenta Ann.

Asimismo, en 2008 fue diagnosticada con carcinoma ductal in situ, una forma de cáncer de seno que se da en el ducto mamario. “Afortunadamente, el cáncer fue detectado a tiempo, pero luchar contra él tampoco fue nada fácil”, asegura la señora Romney.

A pesar de todos estos problemas, Ann asegura que, en todos los momentos complicados de su vida, su esposo estuvo ahí para apoyarla: "Se puede confiar en (Mitt), y cuando confías en él, sabes que no te abandonará incluso en los momentos más difíciles", concluye la esposa del candidato republicano. 

Ann Romney decidió dar un discurso en la Convención del Partido Republicano, en Tampa, Florida. Sus palabras, según los expertos, se convertirán en una influencia positiva en la imagen de su esposo. 

Asimismo, según Doug Muzzio, politólogo del Baruch College de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, "Estas historias los humanizan: el candidato y su esposa se vuelven más reales, más cercanos a las personas comunes que sufren los reveses de la fortuna".

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