Tampones y toallas femeninas: ¿tienen compuestos peligrosos?

En la reunión anual de accionistas de Procter & Gamble, que tuvo lugar el 13 de octubre en Cincinnati, un grupo de manifestantes se agrupó en la calle para protestar. Querían denunciar que la empresa utiliza químicos peligrosos en sus productos para la higiene personal femenina. Una de las presentes, Stephanie Phillips, enfundada en una caja gigante de tampones “Tampax”, explicó que se están usando químicos peligrosos “ocultos”, que no son declarados en las etiquetas y los envases. 

Pero no solo Procter tiene problemas: también su principal competidora Kimberly-Clark, fabricante de las toallitas y tampones "Kotex", recibe numerosas quejas de las usuarias por los mismos motivos. Estos productos están regulados como insumos médicos y no como productos para el cuidado personal. Esto significa que los fabricantes no están obligados por ley a mencionar todos los componentes en el envase o las etiquetas. 

Tampones y toallas femeninas: ¿tienen compuestos peligrosos?

Para tratar de aplacar las aguas, en las últimas semanas, tanto P&G como Kimberly-Clark empezaron a publicar en sus sitios web los componentes de sus productos para la higiene íntima. Entre los materiales utilizados para la fabricación de pads femeninos, Kimberly-Clark declaró que contienen poliolefina, fibra con colorantes, pulpa de madera, tejido de celulosa y envoltorios removibles de papel con silicona. 

Sus tampones contienen fibra de poliester, polietileno, algodón, fibras de rayón y un aplicador con polietileno y polímeros elásticos con colorantes. La medida no fue suficiente, ya que las consumidoras exigen que esta información se incluya también en los envases y etiquetas. Tampax informa que sus tampones contienen algodón y rayón, y agrega que según científicos de Harvard y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC), ambos son igualmente seguros.

Quienes manifestaron ante las oficinas de P&G integran el movimiento Women’s Voices for the Earth, una entidad que además de las protestas en la vía pública, realizó otras acciones para conseguir su objetivo. Ya consiguió más de 35,000 firmas de adhesión en una petición para que P&G informe los componentes de sus productos para la higiene femenina, y también deje de utilizar químicos peligrosos. Como otra medida de protesta, crearon el video “Detox the Box” que ya fue visto por más de 60,000 personas. El mismo busca concientizar sobre la presencia de sustancias peligrosas en los productos de higiene íntima femenina. 

Entidades de defensa al consumidor como Women’s Voices aducen que el uso de estos químicos peligrosos en productos de higiene íntima femenina, pueden desencadenar una complicación conocida como Síndrome del Shock Toxico.

En su defensa, tanto Procter & Gamble como Kimberly-Clark aseguran que su principal prioridad es la transparencia, y que sus productos son seguros y han superado rigurosas pruebas científicas antes de llegar a los estantes de los comercios. P&G explica que el TSS es una rara y grave enfermedad, pero las sustancias utilizadas en los tampones no tienen relación con ella. Y agrega que en realidad esta afección se cree que es causada por la presencia de la bacteria Estafilococos aureus, que afecta a las personas que no tienen suficiente cantidad de anticuerpos como para combatirla. 

La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) recibe a menudo denuncias de enfermedades relacionadas con el uso de tampones, e indica que es muy poco habitual que éstos provoquen un shock tóxico. Y aclara que el uso de tampones con rayón, que son los más cuestionados, no implica un riesgo mayor que los que son 100% de algodón de absorbencia similar. Al respecto, el doctor Philip M. Tierno, profesor de microbiología y patología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, informó a The New York Times que los tampones de algodón son preferibles a los de rayón y viscosa. 

Además de las materias primas, las usuarias cuestionan las fragancias añadidas a estos artículos, de las que no se tiene información detallada. Según análisis de laboratorio encargados por la entidad, contienen sustancias peligrosas como cloroformo, cloro y acetona, que podrían ser irritantes y hasta causar enfermedades hormonales o cáncer. En este caso, los fabricantes aducen que las fragancias son elaboradas por terceros que guardan sus fórmulas celosamente, pero están reguladas por una autoridad mundial líder, la International Fragance Association.
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