Ecografía transvaginal: incómoda pero necesaria

Hacía años que no me tocaba un médico hombre y como si fuera poco, buenmozo. Cuando cerró la puerta sentí que me ruborizaba como hacía tiempo no lo hacía. Yo estaba recostada, con uno de esos camisolines que no se sabe para qué hay que usarlos porque es lo mismo que estar desnuda y los zoquetes puestos porque estaba bastante frío en la sala. Él enseguida tomó el preservativo, lo colocó y así empezó el operativo “segunda ecografía transvaginal del año”. 

Fueron 20 minutos mirando al techo, evitando mirarlo, porque así como con esas imágenes pueden ver los tejidos más profundos de nuestro cuerpo, quién sabe si no podrán también leer los pensamientos de las mujeres libidinosas que cada vez que les toca un doctor atractivo sonríen y afilan sus colmillos. 

Ecografía transvaginal: incómoda pero necesaria
| Foto: SHUTTERSTOCK

En mi caso, fue pura humillación: no es que no me sienta orgullosa de que a pesar de tener una agenda ocupada, haya podido hacerme un tiempo para el estudio, eso siempre nos hace sentir bien a las mujeres. Pero es que me haya tocado el médico de turno, que tiene algún parecido con George Clooney me recuerda lo que me pregunto cada vez que me hago este estudio: ¿los hombres estarían dispuestos a que una médica les haga dos o tres veces por año estudios como éste, en el que literalmente nos introducen un instrumento dentro de nuestras partes más íntimas? 

Quizá ni siquiera sepan de qué se trata este examen que se realiza a través de una sonda de aproximadamente  0,78 pulgadas (2 cm) de diámetro que se introduce en la vagina para observar el útero, los ovarios, las trompas de Falopio y el cuello uterino. 

Según el sitio de la Clínica Cedars Sinaí, este "ultrasonido es un procedimiento seguro e indoloro que utiliza las ondas del sonido para ver dentro del cuerpo y crear imágenes detalladas que el médico podrá analizar”.

Pero pasado el momento del estudio, que no dura más de 20 minutos y que ciertamente es indoloro –salvo que el médico presione demasiado contra la pared del útero- las mujeres sabemos que es lo mejor que podemos hacer para cuidarnos: según la Asociación Americana del Cáncer, alrededor del 20% de los cánceres de ovario se detectan en una etapa temprana. Cuando esto sucede, el 95% de las mujeres logran vivir más de 5 años después de ser diagnosticadas. 

La ecografía transvaginal puede detectar un tumor en el ovario, aunque no puede determinar si es benigno o maligno. 

También, este examen puede detectar cáncer de endometrio en una etapa temprana. Algunos de los síntomas pueden ser sangrado vaginal.  El cáncer de endometrio también puede ser detectado con el PAP (Prueba de Papanicolau), sólo cuando aparecen signos de un endometrio anormal. 

En lo que va del 2014, se han diagnosticado 21,980 nuevos casos de cáncer de útero en los Estados Unidos. De ese total, 14,270 mujeres no han logrado sobrevivir. Pero sí lo han hecho el 44,60% de las mujeres que consiguieron vivir 5 años después de ser diagnosticadas, entre 2004-2010, según la Alianza Nacional de Cáncer de Ovarios. 

Ese porcentaje debería estar escrito en el techo de cada consultorio de cada instituto o clínica donde hacen estos estudios. Para que cuando miramos para arriba durante el estudio nuestros ojos se claven en la esperanza de que estas cifras aumenten, para que cada vez sean más las mujeres que son diagnosticadas a tiempo.

Comparte tu opinión