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Medicina alternativa en la comunidad hispana

Y lo hacen para preguntarles cómo se prepara ese remedio casero que ellas siempre les daban cuando eran chicos. Con la receta en mano, el siguiente paso por lo general es visitar una botánica local en busca de los ingredientes adecuados. 

Las botánicas son tiendas que venden plantas medicinales, objetos religiosos y otros artefactos para el tratamiento de dolencias físicas y espirituales. Las personas frecuentan las botánicas porque les ofrecen un ambiente familiar, terapias que se ajustan a sus raíces y consejos espirituales para curar enfermedades; todo esto en su propio idioma y en el contexto cultural adecuado. Estas tiendas son lugares donde las tradiciones médicas populares se han combinado con las religiosas por siglos. 

Medicina alternativa en la comunidad hispana
| Foto: THINKSTOCK

Puntos clave

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Un ejemplo es Nearco Rodríguez, estudiante de enfermería de 28 años de edad, nacido en República Dominicana y que vive en Brooklyn, NY desde 1996. “ Si yo siento que me duele la garganta, me preparo el remedio que mi mamá me daba de niño”, dice Rodríguez mientras se sirve una taza de té de manzanilla, anís estrella, canela, té de tilo, con unas gotas de jugo de limón y una cucharadita de miel de abejas. “Primero me tomo este remedio antes de buscar cualquier otro medicamento” agrega él. “Los ingredientes los consigo yendo a una botánica que queda cerca de mi trabajo en el Bronx o también los puedo comprar en el supermercado”. 

Unas décadas atrás, las botánicas eran probablemente el único lugar donde se podía encontrar una gran variedad de estas hierbas; ahora, los supermercados cercanos a los vecindarios latinos también venden estos productos. Además, hay tiendas hispanas que venden productos para la salud como Cuevas Health Foods en Los Ángeles y Dr. Rico-Pérez en Miami y el área metropolitana de NewYork, que también ofrecen sus propias marcas de suplementos herbales como alternativas a las botánicas. 

Hierbas y curaciones 

El uso de hierbas para tratar enfermedades leves como gripe o resfriado y problemas digestivos es algo común; ¿pero como será el tratamiento de dolencias crónicas más serias? 

Consumer Reports envió a un reportero latino a visitar algunas botánicas localizadas en el área metropolitana de New York y a que pidiera consejos de cómo tratar enfermedades comunes crónicas como la diabetes tipo 2 y la hipertensión, para las que existen medicinas de receta muy eficientes. Nuestro reportero también compró muestras de algunas de las hierbas medicinales recomendadas en las botánicas para evaluar los métodos de empacado, etiquetado e información incluida sobre posibles reacciones adversas. Los resultados de esta investigación revelan aspectos positivos y hechos potencialmente preocupantes acerca de estos productos, e incluso de la práctica de la medicina alternativa en la comunidad latina. 

Entre lo positivo podemos resaltar que el solo hecho de entrar en una botánica puede sentirse como una experiencia curativa. Una de las tiendas que visitamos en el Bronx daba la sensación de un relajante oasis urbano donde los sentidos son mimados con afecto. También había altares cuidadosamente decorados y dedicados a santos y dioses en un aire lleno de aromas a incienso. Esta atmósfera es el ambiente perfecto para una consulta con el consejero espiritual de planta, que por lo general es el dueño, y que puede ser practicante del Curanderismo (una forma de medicina popular que incluye remedios herbales), Santería (que también usa el poder curativo de las plantas), Palo (una creencia en los poderes de la naturaleza) o Espiritismo (usan las plantas como agentes purificadores).

“Estos negocios ofrecen conexiones a creencias tradicionales que ofrecen ayuda emocional y espiritual cuando usted está luchando con una enfermedad o en tratamiento por una condición crónica; las botánicas son importantes proveedores de cuidado de la salud y bienestar en la comunidad hispana”, dice el doctor José Luis Mosquera, asesor médico de Consumer Reports, y profesor asociado en el programa de medicina integrativa de la escuela de medicina de la Universidad de Arizona en Tucson.

Nuestras visitas a las botánicas no incluyeron consultas espirituales y solo se enfocaron en preguntar acerca de los tratamientos con hierbas medicinales para aliviar la presión alta, la diabetes tipo 2 y la impotencia; que son afecciones comunes.

Desafortunadamente, los consejos que recibimos no fueron tan alentadores como el ambiente del lugar. Los curanderos (o sanadores) nos brindaron una variedad de instrucciones y productos distintos para el tratamiento de estas enfermedades, pero ninguno ofreció información relevante sobre los posibles efectos secundarios o adversos que pueden tener dichos tratamientos o las reacciones riesgosas que pueden ocurrir al tomar una hierba con medicamentos. 

Por ejemplo, el dueño de una botánica en el Bronx nos recomendó usar hojas de hibisco (llamada también flor de jamaica) para tratar la hipertensión. Este tratamiento no tiene suficientes bases científicas de su efectividad. Un estudio hecho entre 65 adultos que fue publicado en The Journal of Nutrition (El Diario de Nutrición) en febrero del 2010, encontró que el hibisco disminuía la presión arterial en un período de 6 semanas en adultos con riesgo a ser hipertensos y con hipertensión moderada. El mismo sanador también recomendó palo de Brasil y fenugreco para tratar la diabetes tipo 2 y damiana, sarsaparrilla y  palma enana americana (saw palmetto) para ayudar a la impotencia. Todas estas hierbas vendidas venían empacadas en bolsas oscuras de papel sin etiquetas ni indicaciones de uso. 

En otra tienda de Jackson Heights en Queens, nos ofrecieron hierbas previamente mezcladas y empacadas para tratar diferentes dolencias. De acuerdo a las etiquetas, estas hierbas importadas desde Perú ofrecían instrucciones tanto en inglés como en español, lista de ingredientes, tabla nutricional y fecha de vencimiento para garantizar frescura. 

Nosotros analizamos la evidencia científica disponible sobre las hierbas que compramos y encontramos que todavía no hay estudios clínicos contundentes sobre su eficacia y seguridad de uso.

Este informe especial de Consumer Reports se completa con los dos siguientes materiales:

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