Cuando se acerca Halloween, muchas ciudades se llenan de fantasmas y brujas, y hacen del horror un juego en el que participan grandes y chicos. Muchas familias deciden ir a “asustarse” a algún lugar con telarañas de utilería y fantasmas maquillados. Esa fue la idea de la joven Christian Benge, pero en su caso, el horror se hizo realidad.
Christian Faith Benge (foto abajo) estaba de visita en el parque temático Land of Illusion, en Middleton, Ohio, con un centenar de amigas y algunos familiares. Pero cuando estaba en una de las casas del Haunted Scream Park empezó a sentirse mal.
Mientras se esperaba la llegada de los paramédicos, su madre le pracTicó CPR (resucitación cardio pulmonar). Luego la condujeron al Centro Médico Atrium, pero no lograron salvarla.
Este parque temático tiene cuatro casas encantadas y fantasmas vivientes, lunáticos y hombres locos arrastrando cadenas que buscan aterrorizar a los visitantes. Y según aclaró el dueño del lugar, Brett Oakley, no hubo ningún incidente ni daño físico que pudiera haber desencadenado la tragedia.
La estudiante estaba en primer año en la Miami High School y participaba activamente en la iglesia pentecostal de Eaton Road, donde cantaba en el coro. Había nacido con un defecto congénito que le daba pocas chances de sobrevivir, ya que solo le funcionaba un pulmón y sufría serios problemas respiratorios.
A pesar de sus problemas de salud, su muerte fue inesperada, aunque los médicos informaron que su corazón tenía un tamaño cuatro veces mayor de lo normal, por eso era una verdadera bomba de tiempo.
En la página oficial del parque temático Land of Illusion se aclara está diseñado para asustar utilizando poca luz, una espesa niebla, ruidos fuertes y molestos y humo. Y se pide que se respeten las advertencias del lugar y que se preste atención al personal. Y sugiere que utilicen su buen juicio quienes sufran problemas respiratorios, mareos, epilepsia, sensibilidad a los ruidos fuerte o condiciones médicas de cuidado.
Lo que le ocurrió a Christian se conoce habitualmente como “el efecto Baskerville”, que toma su nombre de la novela El sabueso de los Baskerville de Arthur Conan Doyle. Uno de los personajes sufrió un ataque cardíaco tras un estrés psicológico causado por el ataque de un enorme perro en medio de la noche.
En situaciones de miedo o estrés, el cuerpo responde liberando adrenalina, una hormona que lo predispone a huir o luchar para salvarse. Esta hormona en altas concentraciones puede dañar órganos como el corazón, los pulmones, el hígado y los riñones.
En el caso del corazón, la adrenalina se aloja en las células del musculo cardiaco y produce una serie de intensas contracciones. Estas le impiden relajarse y causan un colapso que en ocasiones puede terminar con la vida.
Además de los enfermos cardíacos, quienes sufren fobias, ataques de pánico y trastornos de ansiedad tienen tres veces mas posibilidades de sufrir un ataque al corazón.
