Una vacuna experimental acabaría con la culebrilla

Una vacuna experimental contra la culebrilla podría ofrecer una protección duradera a la mayoría de adultos mayores que la reciban, encontró un nuevo ensayo clínico.

La culebrilla es un doloroso sarpullido causado por una reactivación del virus que provoca la varicela. Alrededor de un tercio de los estadounidenses desarrollan la enfermedad en algún momento, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.

Una vacuna experimental acabaría con la culebrilla

Ya existe una vacuna contra la culebrilla, pero su efectividad es limitada.

El nuevo estudio encontró que la vacuna experimental protegía a alrededor del 90 por ciento de los adultos de a partir de 70 años. Y los efectos seguían siendo aparentes cuatro años más tarde.

En comparación, Zostavax, la vacuna existente, reduce el riesgo de culebrilla más o menos a la mitad. Y la inmunidad se reduce en un plazo de cinco años, según los CDC.

Los hallazgos del estudio aparecen en la edición del 15 de septiembre de la revista New England Journal of Medicine.

Los investigadores afirmaron que los resultados del ensayo de la nueva vacuna son muy alentadores.

"Con algo de suerte, esto tendrá un nivel más alto de eficacia [efectividad] y una larga duración", dijo el Dr. Len Friedland, vicepresidente de asuntos científicos de Vaccines North America de GlaxoSmithKline, que está desarrollando la vacuna.

Una vacuna más efectiva contra la culebrilla sería "bienvenida", afirmó la Dra. Kathleen Neuzil, directora del Centro de Desarrollo de Vacunas de la Universidad de Maryland, en Baltimore.

"La culebrilla es una enfermedad horrible. He visto a pacientes con un dolor agónico a largo plazo", dijo Neuzil, coautora de un editorial publicado junto al estudio.

Por ahora, aconseja a los adultos mayores que hablen con el médico para recibir la vacuna existente contra la culebrilla, que los CDC recomiendan para las personas a partir de los 60 años de edad.

Después de que una persona es infectada con la varicela, el virus (llamado varicela-zóster) permanece inactivo en el cuerpo.

"Se duerme en los nervios", explicó Friedland. "Allí, un sistema inmunitario bueno y robusto lo mantiene bajo control".

Pero a medida que las personas envejecen, señaló, el sistema inmunitario tiende a debilitarse, y eso puede permitir que el virus inactivo se despierte.

"Si alguien tiene la suerte de llegar a los 85 años, tiene una posibilidad entre dos de desarrollar culebrilla", apuntó Friedland.

La culebrilla provoca un doloroso sarpullido en un lado del cuerpo o la cara, que típicamente desaparece en unas cuantas semanas, según los CDC. Pero algunas personas desarrollan una complicación conocida como neuralgia postherpética (NPH), que provoca un dolor grave en las áreas donde apareció el sarpullido.

Generalmente, la NPH desaparece en unas cuantas semanas o meses, pero puede durar años, según los CDC.

Y los tratamientos de la complicación "no son muy efectivos", anotó Friedland.

"La mejor manera de gestionar la culebrilla es mediante la prevención", indicó.

Desde 2008, los CDC han aconsejado a los adultos de a partir de 60 años de edad que reciban la vacuna existente contra la culebrilla, independientemente de si creen o no que alguna vez han tenido varicela. (Los estudios muestran que casi todos los estadounidenses de a partir de 40 años han tenido varicela, aunque no lo recuerden).

La vacuna experimental usa un virus debilitado para estimular la respuesta inmunitaria al virus de la culebrilla, explicó Neuzil. La vacuna experimental, llamada HZ/su, solo utiliza un trozo de la superficie del virus de la culebrilla, más un ingrediente "adyuvante" que fomenta una respuesta inmunitaria más potente, dijo.

Un estudio anterior ya mostró que la HZ/su reduce el riesgo de culebrilla en un 97 por ciento entre las personas de a partir de 50 años de edad durante tres años.

En el nuevo ensayo participaron casi 14,000 adultos de 70 o más años de edad. Esos participantes se asignaron al azar a recibir dos dosis de la vacuna o inyecciones de un placebo.

Durante los cuatro años siguientes, solo 23 de los que recibieron la vacuna desarrollaron culebrilla, frente a 223 personas que recibieron el placebo, encontraron los investigadores.

Hubo efectos secundarios de corta duración, como dolor en el lugar de la inyección, fatiga o dolor muscular. Pero no hubo señales de riesgos graves, según Friedland.

Neuzil aseguró que los hallazgos sobre la seguridad son "tranquilizadores". Hay preocupaciones teóricas sobre el adyuvante de la vacuna, dijo. En las personas con un cierto tipo genético, es posible que el ingrediente pudiera estimular al sistema inmunitario de "forma negativa".

"Pero en este momento eso es especulativo", dijo.

Friedland dijo que GlaxoSmithKline espera la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. para la vacuna para finales de año.

Por ahora, Neuzil anima a los adultos mayores a pensar en la vacuna existente, que según las cifras del gobierno, pocos estadounidenses han recibido.

La culebrilla puede provocar un sufrimiento real, según Neuzil, que dijo que ha visto a pacientes que no pueden dormir, o ni siquiera tolerar que la ropa toque la piel.

"Toda persona de a partir de 60 años debe hablar con el médico para recibir la vacuna", enfatizó.

Más información

Los CDC ofrecen más información sobre la culebrilla.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2016, HealthDay

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