Un programa de asistencia gasta millones en bebidas endulzadas

Investigadores del Centro Rudd de Políticas Alimentarias y Obesidad de la Universidad de Yale informaron que el Programa de Asistencia de Nutrición Complementaria (SNAP, por su sigla en inglés), antes conocido como Cupones para alimentos, paga al menos dos mil millones de dólares en bebidas azucaradas compradas tan solo en supermercados. Esa cantidad no incluye las bebidas azucaradas compradas en otras cadenas de venta al detalle, como Wal-Mart.

"Los beneficios de SNAP son críticamente importantes para ayudar a las familias de bajos ingresos a comer, y en esta economía, muchas familias estadounidenses no podrían alimentar a sus hijos sin la asistencia alimentaria federal que SNAP provee", señaló en un comunicado de prensa de la Yale la autora líder del estudio Tatiana Andreyeva, directora de iniciativas económicas del Rudd.

Un programa de asistencia gasta millones en bebidas endulzadas

Puntos clave

"Al mismo tiempo, el uso anual de miles de millones de dólares de los beneficios de SNAP para comprar productos que están en el centro mismo de los problemas de salud pública de la obesidad y la enfermedad crónica es poco coherente con la meta de ayudar a las familias económicamente vulnerables a vivir vidas activas y sanas", apuntó Andreyeva.

Para llevar a cabo el estudio, que aparece en la edición de octubre de la revista Journal Americano de Medicina Preventiva, los investigadores recolectaron datos de una cadena regional de supermercados. También examinaron las bebidas elegidas por las familias que participaban en los programas federales de asistencia nutricional.

El estudio reveló que 58 por ciento de las bebidas compradas por los participantes en SNAP eran bebidas endulzadas con azúcar, como refrescos, bebidas de fruta y bebidas deportivas azucaradas. Los investigadores apuntaron que SNAP pagó por el 72 por ciento de esas compras.

"Los defensores contra el hambre y los de salud pública deben trabajar juntos para asegurar que todos los programas gubernamentales de asistencia alimentaria se implementen de forma que sean coherentes para ayudar a los estadounidenses a cumplir con las recomendaciones dietarias del gobierno", concluyó Andreyeva.

El estudio no indica si los propios beneficiarios eligen personalmente los productos, o es directamente el gobierno quien se encarga de la selección. Esto parecería poco probable ya que contradice la postura estatal respecto del consumo de este tipo de bebidas.

De todos modos, es crucial reforzar el mensaje de que el consumo de bebidas azucaradas atentan contra la salud. En Estados Unidos, alrededor de dos tercios de los adultos tienen sobrepeso o son obesos. Varios estudios han relacionado las bebidas dulces con dietas inadecuadas, aumento de peso, obesidad y diabetes tipo 2.

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