Terapia con testosterona: nuevos riesgos

Los hombres que toman la hormona masculina testosterona parecen tener un aumento del 63 por ciento en el riesgo de que se forme un coágulo en una vena, una afección conocida como tromboembolismo venoso (TEV), según un nuevo estudio. El riesgo es mayor en los primeros seis o nueve meses de tratamiento.

Esos coágulos pueden provocar un ataque cardiaco, un accidente cerebrovascular (ACV), daño en los órganos e incluso la muerte, según la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association).

Terapia con testosterona: nuevos riesgos
| Foto: SHUTTERSTOCK

"El riesgo alcanza su punto máximo rápidamente en los seis primeros meses del tratamiento, dura unos nueve meses, y desaparece de forma gradual a partir de entonces", apuntó el investigador líder, el Dr. Carlos Martínez, del Instituto de Epidemiología, Estadísticas e Informática de Frankfurt, en Alemania.

Alto consumo, pese a las advertencias

Millones de hombres estadounidenses usan en la actualidad pastillas, geles o inyecciones de testosterona, con la esperanza de que la hormona masculina mejore su libido, resistencia y fuerza.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. requirió en junio de 2014 que todos los productos de testosterona lleven una advertencia sobre el riesgo de coágulos sanguíneos.

Desde entonces, la FDA ha ampliado su advertencia sobre la testosterona para incluir el riesgo de ataques cardiacos, cambios en la personalidad y esterilidad.

Para este estudio, Martínez y sus colaboradores revisaron datos de unos 19,000 pacientes británicos que habían sufrido tromboembolismo venoso (TEV). Se comparó a esos hombres con 909,000 pacientes emparejados según la edad de un grupo de "control".

A lo largo de los seis primeros meses del tratamiento con testosterona, el riesgo de coágulos sanguíneos de un hombre aumentó en un 63 por ciento, en comparación con los que no tomaban la hormona, fue el resultado de las investigaciones.

Sin embargo, el estudio no estableció una relación causal directa.  Tampoco significa que haya un riesgo adicional significativo de TEV para el hombre promedio, dado que el riesgo es bajo en primer lugar. El aumento en el riesgo general se traduce a alrededor de un caso adicional de coágulos sanguíneos por cada mil hombres al año

Hace algo de tiempo que se sabe que el estrógeno de las pastillas anticonceptivas aumenta el riesgo de coágulos sanguíneos de las mujeres, y estudios anteriores han planteado preocupaciones similares respecto a la terapia con testosterona, señaló el Dr. Mark Creager, director del Centro Cardiaco y Vascular Dartmouth-Hitchcock en Lebanon, New Hampshire, y ex presidente de la Asociación Americana del Corazón.

Los peligrosos coágulos

Los coágulos sanguíneos por lo general se forman en una vena profunda, una afección llamada trombosis venosa profunda. Si un coágulo se desprende puede desplazarse a través de los vasos sanguíneos y provocar un bloqueo en otro lugar del sistema circulatorio, potencialmente provocando un ataque cardiaco, un ACV o una embolia pulmonar (un bloqueo repentino de una arteria en un pulmón).

"Mi consejo es revisar los factores de riesgos subyacentes de TEV del paciente, y sopesar ese riesgo con el beneficio potencial de la terapia con testosterona", planteó Creager. "Esos individuos deben como mínimo enterarse del hecho de que su riesgo sería incluso más alto con la testosterona".

Otros factores de riesgo del tromboembolismo venoso incluyen la obesidad, la inmovilidad prolongada, una edad avanzada y los episodios previos de coágulos sanguíneos, según la Asociación Americana del Corazón.

Los expertos se mostraron de acuerdo en que nadie sabe por qué la testosterona podría ayudar a provocar coágulos sanguíneos.

"Se necesitan investigaciones futuras que confirmen este aumento temporal en el riesgo de tromboembolismo venoso", señaló Martínez. Los estudios también deben investigar el riesgo en los que usan testosterona por primera vez, determinar qué tanto tiempo persiste el riesgo, y si el riesgo se relaciona con el motivo para comenzar la terapia con testosterona, añadió.

El estudio aparece en la edición en línea del 30 de noviembre de la revista BMJ.

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