¿Debes hacer ejercicio cuando no te sientes bien?

De vez en cuando, quizá no se sienta suficientemente bien como para hacer ejercicio, y decida saltarse una sesión. Pero si tiene un resfriado que podría durar toda una semana, es probable que no quiera enfrentarse a un retroceso en su aptitud física cuando se recupere.

A continuación, la forma de mantenerse en forma.

¿Debes hacer ejercicio cuando no te sientes bien?
Dependiendo de la afección, el ejercicio podría ser beneficioso

La directriz general es que debería ser capaz de hacer ejercicio si sus síntomas son del cuello para arriba, por ejemplo escurrimiento nasal por un resfriado, pero no si le duele todo el cuerpo por una gripe. Un ejercicio fácil o moderado, como caminar en lugar de correr, debería ser adecuado. Algunos expertos afirman que podría incluso ser beneficioso.

Pero no debe propagar los gérmenes en el gimnasio, así que haga ejercicio en casa para evitar infectar a los demás. Y recuerde reducir la intensidad y la duración de su sesión de ejercicio usual según sea necesario para evitar estresar a su cuerpo incluso más y el riesgo de lesión.

Si está tan enfermo que necesita reducir significativamente su ejercicio usual, debería llamar al médico; más allá de si es seguro o no hacer ejercicio con su enfermedad particular, pregunte si debe ir al consultorio. Incluso si le dicen que puede hacer ejercicio, hágalo con cuidado para poder ver cómo responde su cuerpo. Pare si es necesario. Preste atención a cualquier pista de que no puede manejar el esfuerzo físico que está intentando.

Si tiene los síntomas de una gripe en toda regla, por ejemplo fiebre, fatiga y dolores en el cuerpo, no haga ejercicio, ni siquiera moderado. Quizá tenga que esperar de 2 a 4 semanas tras recuperarse para volver a sus sesiones de ejercicio de alto nivel. Vuelva al ejercicio a un paso lento, y auméntelo poco a poco para evitar estresar a su sistema.

¿Y qué hay del ejercicio si tiene una afección crónica?

Los expertos en la salud afirman que el ejercicio podría ayudarle a gestionarla mejor, sobre todo si la enfermedad se caracteriza por la inflamación, por ejemplo una enfermedad intestinal inflamatoria o reumática, dado que el ejercicio provoca una respuesta antiinflamatoria en el cuerpo. Pero quizá tenga que dejar de hacer ejercicio durante una exacerbación grave, por ejemplo un ataque de artritis reumatoide.

Y siga siempre el consejo de su médico si debe tomar cualquier medicamento que haga que hacer ejercicio no sea seguro.

Más información

La Clínica Mayo ofrece más información sobre cómo saber si está demasiado enfermo como para hacer ejercicio.

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