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Experiencias cercanas a la muerte: nuevo enfoque

Nada de mística ni oscuros misterios, sólo las razones médicas pueden explicar las experiencias cercanas a la muerte relatadas por miles de personas alrededor del planeta. Ese es el enfoque de Dick Swaab, autor del ensayo "Somos nuestro cerebro. Cómo amamos, sufrimos y pensamos", publicado recientemente.

El científico afirma que la luz al final del túnel, que muchos pacientes aseguran haber visto en las puertas de la muerte, no es otra cosa que falta de riego sanguíneo en el globo ocular, que les hace perder la visión periférica y por eso vislumbran sólo una luz en el centro del ojo.

Experiencias cercanas a la muerte: nuevo enfoque

Puntos clave

  • Un neurólogo holandés dice que es una cuestión orgánica
  • Todo se debe a los cambios en el cerebro y la vista
  • Para él, no hay explicación mística

También tiene una explicación biológica para la sensación de flotar fuera del propio cuerpo, que describen quienes han pasado por este trance: el neurólogo lo atribuye a que una parte del cerebro, "la zona del giro angular responsable de la sensación del equilibrio, no tiene suficiente oxígeno", declaró.

Swaab dirige un equipo de investigación en el Instituto Holandés de Neurociencias, ha trabajado con pruebas cerebrales en varios grupos de pacientes, y lo observado en el campo práctico le ha llevado a firmar su teoría. Para el investigador, todas nuestras actividades están regidas por el cerebro, desde el principio al fin de nuestra vida.

Esta explicación podría no satisfacer a todos. Sobre todo porque este fenómeno, contado por miles de personas de diferentes creencias religiosas, también incluye el haber estado con ángeles, con familiares muertos o flotar entre nubes. Muchos de ellos dijeron que literalmente “estuvieron en el cielo” o "vieron a la muerte de cerca".

Pero algunos científicos no descartan lo místico. Jimo Borjigin, neuróloga de la Universidad de Michigan, está investigando estas "alucinaciones", y publicó en enero de 2014 en la revista The Lancet una teoría nueva: cuando el cerebro deja de funcionar a causa de una situación de vida o muerte, aún mantiene ciertas conexiones bio-eléctricas que serían "las que lo conectan con el más allá".

La científica analizó las ondas cerebrales en ratas de laboratorio en tres situaciones: una normal, otra bajo anestesia y otra tras sufrir un ataque cardíaco. En este último caso, el cerebro seguía emitiendo ondas, aún con el animal al borde de la muerte. La científica está convencida que esto mismo pasa con los seres humanos.

Y sería en ese momento especial, en el que el cuerpo está inactivo pero hay actividad en las profundidades del cerebro, cuando ocurre la experiencia cercana a la muerte. ¿Es el encuentro entre el alma y un estadío posterior a la vida? La científica no lo descarta, y en esa dirección continúa ella sus investigaciones. Tal vez, para un mismo fenómeno, haya más de una explicación posible.

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