Estudiante pasó 30 días comiendo insectos

Camren Brantley-Ríos, un estudiante de Alabama, dice que las carnes tradicionales, de cerdo y ternera, son insostenibles, y quiso probar lo que muchos rechazan: comer insectos.

Los preparó de todas las formas posibles en sus desayunos, almuerzos, meriendas y cenas. Según él, "Para la cena preparaba gusanos de la harina con arroz frito. Estaba muy bueno. Aderezaba los gusanos con salsa de soya".

Estudiante pasó 30 días comiendo insectos
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Dijo que se está limitando, por ahora, a tres especies. "Gusanos de la harina, gusanos de cera y grillos. Esos tres forman el grueso de mi dieta. Pero cuando puedo, intento incorporar cosas un poco más exóticas".

Entre las comidas que probó se encuentran los huevos revueltos con gusanos de cera, las hamburguesas de insectos con queso y los grillos criollos. Confesó que, de vez en cuando, incluyó en sus platos una cucaracha naranja, que mide 4,5 centímetros de largo, y que al prepararlas casi se decompuso por la repulsión, pero que luego estaban sabrosas.

Los insectos consumen menos recursos que los mamíferos y son una importante fuente de proteínas, explicó Brantley-Ríos. Pero en EE.UU. comer insectos sigue siendo una rareza.

"Tenemos buenas carnes y eso es una suerte, así que no hay mucha presión para comer insectos ahora mismo -señaló- pero lo que mucha gente está tratando ahora es de hacerlos más atractivos al gran público".

Para conseguir los diminutos ingredientes, el joven tuvo que recurrir a internet. "No hay muchos criaderos de insectos", dijo. Los compró en criaderos seguros y que habitualmente les venden a los zoológicos, ya que éstos los necesitan para alimentar a reptiles, por ejemplo. Semana a semana, a su domiclio llegaban cajas repletas de insectos.

El estudiante cree que si millones de personas hicieran lo mismo que él, habría un gran beneficio para el medio ambiente. Y está tratando de convencer a sus amigos para que lo hagan.

¿Alimento del futuro?

Ante la escasez de alimentos que se vive en varias partes del mundo, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publicó en 2013 un informe donde sostiene que comer insectos puede ser la respuesta ante esta alarmante situación.

Allí se compilan más de 200 clases de insectos, así como su valor nutritivo, dónde se pueden encontrar y hasta se mencionan sugerencias de cómo prepararlos.

Actualmente, cerca de 2 millones de personas en el mundo incluyen a los insectos en su dieta. Se comen más de 1,900 especies, principalmente en los continentes africano y asiático, de acuerdo con información de la FAO.

Brantley-Ríos está muy bien informado y desea compartir todo lo que leyó sobre el tema. Escribió en su blog: “Lo primero que debes saber es que los insectos son saludables, son una mina de oro de proteínas. Muchos de ellos incluso tienen contenidos comparables a las carnes que ya comemos y por lo general, con menos grasa y sin colesterol”.

“También debo mencionar las vitaminas y minerales. Los insectos están repletos de ellos. Además, son ricos en aminoácidos esenciales, ácidos grasos omega-3 y omega-6, que se sabe combaten la diabetes, el Alzheimer, el colesterol alto, la presión arterial alta. Y algo más: afortunadamente, los insectos no transmiten enfermedades como la salmonella y la enfermedad de las vacas locas” expresó.

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