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El amor a primera vista: ¿existe?

De acuerdo con lo publicado en Journal of Neuroscience, el amor a primera vista no existe y se debe a una combinación que realiza el cerebro entre las experiencias pasadas y recientes con el fin de actualizar los recursos.

La investigación encabezada por la Dra. Donna Jo Bridge, en dicha institución educativa reveló que la memoria no es como una cámara de vídeo, sino que edita cada escena para crear una historia que encaje en el presente. Así, una persona puede acordarse de un mismo suceso de forma diferente en cada etapa de su vida ya que, por ejemplo, si en el presente está enamorada, probablemente considerará un flechazo lo que experimentó al conocer a su pareja.

El amor a primera vista: ¿existe?
| Foto: SHUTTERSTOCK

Puntos clave

  • La investigación asegura que el amor a primera vista no existe.
  • El flechazo se debe a una combinación que realiza el cerebro entre las experiencias pasadas y recientes.
  • El hipotálamo es la parte del cerebro que se encarga de hacer esto.

Según el artículo, el hipotálamo es la parte del cerebro que se encarga de hacer esto, el cual, como si fuese un programa informático que modifica los fotogramas de una película, usa la información reciente para cambiar las imágenes del pasado.

Para llegar a dicha conclusión, se analizó a 17 personas a las que mostraron la ubicación de 168 figuras en la pantalla de un ordenador con diferentes fondos que incluían desde una imagen del océano hasta una fotografía aérea de una granja. Después, los participantes debían colocar los objetos en los mismos sitios, pero esta vez sobre un escenario diferente. Ninguno acertó.

En una segunda parte, las figuras podían aparecer en tres lugares diferentes en la pantalla que mostraba el fondo original. Esta vez, los voluntarios debían indicar si el sitio correspondía a su ubicación inicial, a la elegida por ellos en la primera prueba o a una totalmente distinta.

Durante todo el proceso los participantes estuvieron dentro de una máquina de resonancia magnética que registraba su actividad cerebral y, de esta forma, se observó el movimiento de sus ojos, un indicativo del contenido de sus recuerdos y de las dudas que experimentaban a la hora de elegir una opción.

"Todos escogieron el lugar donde los habían colocado en la primera parte. Esto muestra que el recuerdo de su localización inicial había cambiado para ser sustituido por el sitio que recordaban sobre el segundo fondo. Su memoria había actualizado la información insertando nuevos datos", señalaron los autores del estudio.

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