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Dos meses sin comer y sigue vivo

Un hombre de 45 años quedó atrapado en un camino de Umea, capital de la provincia sueca de Västerbotten. Según manifestó, permaneció allí desde el pasado 19 de diciembre cuando se salió del camino y una nevada lo dejó sin posibilidades de abandonar el vehículo. Las autoridades lo encontraron el viernes pasado, sentado en el asiento trasero de su camioneta y envuelto en su bolsa de dormir. Notablemente más delgado y con señales de hipotermia, no tenía nada para comer e intentó mantenerse con vida masticando nieve.

El hombre, oriundo de la ciudad sueca de Örebro, no tiene familiares y nadie había hecho la denuncia de su desaparición. Las fuerzas de rescate lo descubrieron cuando un par de modos de nieve patrullaban la zona. Cuando se acercaron al vehículo, limpiaron las ventanas y golpearon el vidrio, y pudieron comprobar que algo se movía en su interior.

Dos meses sin comer y sigue vivo

Puntos clave

Dieron alarma de inmediato a la policía y  los bomberos, que llegaron hasta el lugar con vehículos oruga para trasladar al sobreviviente. El hombre balbuceó algunas palabras pero estaba tan débil que no pudo salir del auto por sus propios medios y tuvo que ser sacado en camilla.

Ebbe Nyberg, oficial de servicio de la policía de Umea informa que el accidente puedo haber pasado porque el camino no pudo ser rastrillado a causa de las intensas y constantes nevadas.

El paciente está fuera de peligro en la zona de cuidados intensivos del Hospital de la Universidad de Umea. “La nieve lo salvó”, informa Stefan Branth, médico en jefe del Hospital Académico de la Universidad sueca de Uppsala. 

"Un ser humano puede sobrevivir sin comida durante unos meses, pero sin agua sólo nos pocos días", dijo el médico. "Es un caso fascinante: no hay estudios sobre cuánto tiempo puede sobrevivir una persona en estas condiciones, y no conozco a nadie que sobreviviera a este plazo", agregó. 

El médico explica que estos casos dependen de las circunstancias, ya que el hombre probablemente sobrevivió por haber entrado en una especie de sopor. "Algo así como un oso en hibernación. Los seres humanos tienen algunas de estas capacidades y él debe haber tenido una temperatura corporal que lo mantuvo con vida pero sin gastar de energía. El cuerpo ha comido de sus propios depósitos, en forma de grasa, músculo y proteína", concluye el doctor Branth.

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