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Creer en el cielo nos hace más felices

La gente que cree en el cielo disfruta más de la vida y quienes en cambio, están seguros de que existe el infierno, están condenados a ser infelices. Así lo afirma un nuevo estudio de la Universidad de Oregon.

Los autores encontraron que la creencia en el cielo se asoció con una "mayor felicidad y satisfacción con la vida", mientras que las personas que creían en el infierno eran más propensas a ser "desgraciadas y a tener una menor satisfacción" aseguraron.

 Creer en el cielo nos hace más felices
| Foto: THINKSTOCK

Puntos clave

  • Creer en el cielo hace más felices a las personas
  • En cambio, creer en el infierno es muy negativo
  • Esa visión es aplicable a cualquier religión, dicen los científicos

A pesar de que la creencia en el infierno podría dar lugar a efectos positivos en el comportamiento general, “a nivel individual escribir o pensar en esto, lleva a una visión más negativa”, dijo a LiveScience Azim Shariff, uno de los investigadores.

Los científicos realizaron un estudio en 63 países para ver cómo la creencia en el cielo o en el infierno podrían afectar el estado emocional de una persona y su visión de la vida. Y curiosamente, descubrieron que no había mucha diferencia en si una persona era musulmana o cristiana, sino que fueron en general más felices si creían en el cielo, e infelices si creían en el infierno.

La religiones pueden mejorar la vida de las personas, según se ha demostrado en algunos estudios, pueden sumar bienestar emocional y psicológico. Los expertos creen que en parte, se debe al aspecto social de la religión y a las conexiones que generan con otros.

La teoría del premio y el castigo

Lo que dicen las religiones sobre estos dos grandes temas es un capítulo aparte. Para la iglesia católica, los buenos van al cielo y los que se han portado mal, al infierno. “Tanto el cielo como el infierno son dos lugares reales donde va a encontrarse cada persona humana después de esta vida”, opina el padre Tomás Trigo, profesor de Teología Moral de la Universidad de Navarra.

Otro punto de vista refleja que “El cielo y el infierno deben ser pensados en término simbólicos. El primero aparece como el lugar donde están Dios, los ángeles, y los creyentes que han sido fieles a él” dijo Hugo Santos, pastor de la Iglesia Evangélica Metodista.

Para muchos pensadores y escritores, la idea de pensar en ir al cielo y creer que existe algo más después de morir, da un sentido a la vida terrenal. “Dejando la Tierra, ¿a dónde vamos? ¿Qué es de nosotros? A medida que el hombre comprende mejor la vida futura (el cielo) el temor a la muerte disminuye. Al al mismo tiempo, comprende mejor su misión en la Tierra”, dice Allan Kardec en su libro “El Cielo y el Infierno o la Justicia Divina según el Espiritismo”.

Sin embargo, para otros, las personas pueden elegir. Emanuel Swedenborg, famoso científico y teólogo sueco, escribió: “Después de la muerte del cuerpo físico, el individuo pasa un tiempo intermedio en el mundo de los espíritus y de ahí en más elegirá libremente ir al cielo o al infierno. El cielo no es una recompensa y el infierno no es un castigo” según él.

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