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Si tus hijos tienen sobrepeso...

Desafortunadamente, más y más niños sufren de sobrepeso cada día. Tú, como madre o padre, tienes la responsabilidad de hacer todo lo que está a tu alcance para evitar tu hijo(a) desarrolle problemas de salud en el futuro relacionados con el sobrepeso, como diabetes, hipertensión arterial o problemas cardiovasculares.

La prevención es la clave. En primer lugar, lo mejor que puedes hacer es evitar que tu hijo engorde. Una vez que tu hijo es obeso, es más difícil que pierda esas libras o kilos de más. La evidencia demuestra claramente que es mucho más fácil y efectivo prevenir la obesidad que tratarla.

Si tus hijos tienen sobrepeso...

Existen algunos principios sencillos, pero muy efectivos, que se pueden aplicar con el fin de criar a un hijo que no tenga que combatir la batalla, muchas veces perdida, contra la obesidad.

1. Mantén tu casa libre de grasa. Con esto quiero decir que no compres “comida chatarra” para la casa y, si la hay, elimínala de una vez por todas. La “comida chatarra” comprende todos aquellos alimentos que tienen poco o ningún valor nutricional y que también tienen un alto contenido de calorías. Algunos ejemplos son los refrescos o gaseosas, papas fritas, galletas y donas. En lugar de estos alimentos, llena tu refrigerador con una variedad de frutas y vegetales frescos, yogur semidescremado, quesos semidescremados y jugos de fruta sin azúcar. Sustituye las papas fritas por palomitas de maíz (sabor natural). Te advierto, sin embargo, que te prepares para escuchar quejas de tus hijos como “no hay nada rico para comer en la casa”. Si esto ocurre, mi consejo es  simplemente sonreír y sugerir una de las meriendas nutritivas que tienes en el refrigerador. La única explicación que le puedes dar a tu hijo es que esa es la manera en que se come en tu casa porque lo quieres y te interesa que tenga una buena salud.

2. Combate la inactividad. Para prevenir que tu hijo(a) engorde, tienes que hacer lo posible por evitar que esté sentado mucho tiempo. Si tu hijo(a) no hace ejercicio, no podrá quemar suficientes calorías diarias para mantener un peso normal. El hacinamiento, el creciente tráfico vehicular, la disminución de espacios abiertos para el esparcimiento y la reducción de parques infantiles y de horas para la educación física en las escuelas no ofrecen buenas oportunidades para que los(as) niños(as) puedan correr, jugar y quemar calorías. Si a esto se le añade la televisión, los juegos de vídeo y las computadoras, es muy fácil que un(a) niño(a) hoy en día llegue a ser sedentario(a) y poco activo(a). Asimismo, es importante que animes a tu hijo(a) a que participe regularmente en ejercicios fuera de la escuela. Dar un buen ejemplo siempre es una buena idea, así que ¡anímate y haz más ejercicio!

3. Opta por alimentos bajos en grasa y colesterol. Si puedes acostumbrar a tu hijo(a) a que consuma alimentos y meriendas bajos en grasa y colesterol, esto le dará una gran ventaja para la prevención del endurecimiento de las arterias y las enfermedades coronarias en su vida adulta.

4. Restringe el consumo de sal. Si desde pequeño tu hijo(a) aprende a comer alimentos con menos sal, las probabilidades de que continúe comiendo así serán mayores cuando sea adulto, cuando la asociación entre un alto consumo de sal y la hipertensión cobra mayor importancia.

5. Frena el consumo de azúcar. Es muy importante reducir el consumo de la llamada “comida chatarra” – alimentos que contienen primordialmente azúcar refinada, como los caramelos y las gaseosas. Este tipo de alimento le proporciona a tu hijo sólo calorías “vacías” con poco o ningún valor nutricional, pero con un alto contenido de calorías.

6. Incluye suficiente hierro: Numerosos estudios han demostrado que una deficiencia de hierro y la anemia por deficiencia de hierro afectan el proceso de aprendizaje y el desarrollo mental de tu hijo(a). Otra razón por la que nunca deberías permitir que tu hijo(a) tenga una deficiencia de hierro es que ésta contribuye a que el organismo absorba más plomo del ambiente. Es bien sabido que mucho plomo en la sangre puede causar daño cerebral severo. Por consiguiente, tienes que asegurarte de que tu hijo(a) consuma una dieta rica en hierro. Si tu hijo(a) se caracteriza por comer poco, quizás sea necesario que tome un suplemento de hierro a diario. Recomiendo que este tema lo trates con el médico de tu hijo(a).

7. Agrega más fibra a la dieta. La fibra no sólo facilita la digestión de tu hijo(a), sino que además existe evidencia de que ayuda a protegerlo(a) de numerosas enfermedades gastrointestinales, incluyendo la apendicitis, la diverticulitis y el cáncer de colon y recto.

Por último, recuerda que lo más importante es predicar con el ejemplo.

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