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¿Se puede “comer” el protector solar?

En esta época el sol es el protagonista y da el marco ideal para pasar un buen rato con amigos o en familia disfrutando del buen clima. Un rico trago, una ensalada fresca y algo de tranquilidad alcanzan para terminar con la piel pálida de los meses de frío. Pero ¡cuidado con el poder del sol! Ya se sabe que a pesar de que nos hace ver mejor y supuestamente más saludables, sus rayos pueden ser perjudiciales para la piel. 

La Fundación Nemours explica que los rayos del sol tienen dos tipos de radiación ultravioleta: UVA y UVB. La radiación UVB llega a la capa superior de la piel y provoca quemaduras. La radiación UVA es la que causa el bronceado, ya que los rayos penetran en las capas inferiores de la piel y estimulan las células para que produzcan melanina. La melanina es la pigmentación marrón que ocasiona el bronceado, y es la forma mediante la cual el cuerpo protege a la piel de quemaduras. 

¿Se puede “comer” el protector solar?
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Puntos clave

Los rayos UVA pueden dañar al sistema inmunológico y causar enfermedades como el melanoma, el tipo de cáncer de piel más severo, y hasta mortal. También aceleran el envejecimiento y la aparición de arrugas en la piel. Las Bibliotecas Nacionales de Salud informan que el cáncer de piel es epidémico en los Estados Unidos, con más de un millón de nuevos casos diagnosticados anualmente.

Para exponerse al sol, la solución es aplicar protector o filtro solar varias veces al día. Sin embargo, hay otra forma de defenderse, que viene directamente desde adentro del organismo: con la alimentación. Pero no se trata de esparcir el protector solar en las tostadas del desayuno o de usarlo como aderezo de la ensalada, sino de elegir los alimentos adecuados que cuidan la piel de las agresiones, aún las del sol.

La dietista registrada Tanya Zucherbrot, autora del libro “The F-Factor Diet” - una dieta rica en fibra para bajar de peso - asegura que hay alimentos cuyo consumo protege en forma natural de la acción de los rayos UV. Son los que contienen antioxidantes que ayudan a combatir los radicales libres que provocan el envejecimiento.

La experta sugiere que para protegerse del sol, no pueden faltar los arándanos, fresas, sandía, manzanas y tomates, estos últimos aún cocidos. Estos productos son ricos en antioxidantes que ayudan a mantener la piel sana, elástica y resistente a las inclemencias del tiempo. Las uvas también contienen flavonoides, pigmentos que son verdaderos soldados en la lucha contra el envejecimiento, por eso un vaso de vino tinto durante las comidas implica algo más que disfrutar de su aroma y sabor: protege la piel. 

Estudios publicados en el Journal de Nutrición también aseguran que el consumo moderado de chocolate es beneficioso para la piel por su contenido en polifenoles, antioxidantes que previenen los daños ocasionados por el sol y mejoran la elasticidad. Si ya es un poco tarde para seguir este consejo y el sol ya hizo algún daño, hay alimentos ricos en vitamina C y E que pueden ayudar a atenuar los efectos de las quemaduras: los cítricos, las paltas, las semillas de lino y la papaya.

Los Institutos Nacionales de la Salud advierten que para reducir el riesgo de cáncer cutáneo hay que protegerse del sol y la luz ultravioleta, incluso en los días nublados. Y evitar las lámparas de sol, las camas para broncearse y los salones de bronceado, ya que utilizan principalmente rayos UVA de alta potencia.

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