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¿Por qué las papas fritas son irresistibles?

Aún la persona más fanática de la comida sana, se tienta cuando estudia el menú de un local de comidas rápidas. ¿Por qué sacrificarse eligiendo una ensalada, cuando hay opciones mucho más sabrosas? 

La industria de la alimentación hoy se topa con este problema, ya que los consumidores, aún los que habitualmente comen sano, optan por las hamburguesas y las papas fritas en los locales de comidas rápidas, dejando de lado las propuestas más saludables. A pesar de las reglamentaciones que obliga a estos locales a indicar el contenido calórico de sus menúes, y a que tengan ofertas saludables, los funcionarios de salud pública estadounidense cada vez ven el panorama más sombrío. 

¿Por qué las papas fritas son irresistibles?
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Puntos clave

Donald Thompson, ejecutivo de Mc Donald’s, manifiesta que si bien esta cadena destina un sexto de su publicidad para promover el consumo de ensaladas, solo se vende un 2 o 3 por ciento de ellas. Las empresas de la gastronomía no saben qué es lo que quiere el cliente, y el cliente… tampoco. 

Gavan J. Fitzsimons, profesor especialista en la psicología del consumidor en la Escuela de Negocios Duke’s Fuqua investigó la desconexión que existe entre la oferta de un menú saludable y la elección de los consumidores. Durante el estudio se ofreció a los participantes un rango de opciones, a veces no saludables, otras veces neutras - como en un sándwich de pescado - y otras veces sanas, como una ensalada. Incluir una opción saludable modificó el comportamiento, ya que las personas eligieron comida menos sana. Es una paradoja, pero la gente "elige algo peor de lo que ordenarían normalmente”, explica Fitzsimons. 

El valor calórico de los alimentos tampoco condiciona la elección de los consumidores, según explica Brian Elbel, profesor de salud de la población y políticas en la Universidad de Nueva York. Desde que en 2008 se exigió a las cadenas de restaurantes que publiquen la cantidad de calorías en el menú, solo un 15 % admitió hacer elecciones más saludables. 

Pero realmente esta función de “orientar” o de “educar” a los comensales ¿corresponde a los locales de comidas? Al parecer, a los consumidores no les interesa que en estos lugares haya opciones saludables, ya que no las compran, ni van ahí para comer ese tipo de alimentos. 

Cabe preguntarse por qué la industria de la alimentación tendría que dejar de lado lo que el consumidor quiere y elige. La nutricionista Marion Nestle, profesora de nutrición en la Universidad de Nueva York sostiene: “los restaurantes no son agencias de servicio social sino lugares que tratan de ganar dinero vendiendo comida, ése es su negocio. Y el azúcar, la sal y la grasa, siempre venden”, concluye la experta. 

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