No todos los jóvenes aumentan de peso al entrar a la universidad

Los investigadores revelaron que el temido “Freshman 15” es un poco exagerado. Se llama así al síntoma de los estudiantes que ganan un promedio de 15 libras (6,8 kilos) durante su primer semestre en el colegio o la universidad. A pesar de haberlo desmitificado, los expertos aconsejan tomar recaudos para no subir de peso. 

Kari Kooi, dietista certificada del Hospital Metodista, en Houston, notó que la mayoría de los alumnos novatos suben unas 3.5 libras (1,6 kilos), y aunque es poco, no debería ser pasado por alto. "Estas libras indeseadas se consiguen al comer a altas horas de la noche, a la falta de ejercicio, al aumento del consumo de alcohol y a una abundancia de todo tipo de alimentos en los comedores”, explica. 

No todos los jóvenes aumentan de peso al entrar a la universidad
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Puntos clave

La experta advirtió que el aumento de peso en el colegio o la universidad pone a los estudiantes en un riesgo de enfermedades crónicas como diabetes y afecciones cardíacas. Por eso enumera algunas medidas sencillas que los estudiantes pueden seguir para comer en forma saludable y evitar subir de peso: 

Tener a mano colaciones saludables: los refrigeradores de las habitaciones deberían contar con colaciones saludables como fruta, queso en rebanadas, yogur griego, humus y zanahorias baby. 

Tomar agua: las bebidas azucaradas o alcohólicas aportan demasiadas calorías. También pueden producir saltos en el azúcar de la sangre que aumentan el apetito. 

Mantenerse activo: el ejercicio juega un rol fundamental para estar sano y en forma. Hay que aumentar los niveles diarios de actividad física yendo a las clases a pie, asistiendo al gimnasio o participando de las actividades deportivas de los claustros. 

Comer en forma regular: saltearse las comidas puede llevar a comer de más y ganar peso. Es importante no olvidar el desayuno, que pone en marcha el metabolismo y ayuda a concentrarse para las clases y los exámenes. 

Dormir lo necesario: dormir menos de seis horas puede afectar los niveles hormonales que controlan el apetito, los ataques de hambre y el metabolismo. La gente que no duerme lo suficiente a menudo se da atracones de comida rica en calorías, que el cuerpo "pide" ya que las asimila rápidamente para conseguir energía.

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