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¿Necesito vitaminas extra?

Entre todas las sustancias nutritivas, las vitaminas parecen ser las de mayor prestigio en el ámbito popular, lo cual ha contribuido al consumo exagerado de los llamados suplementos.

Como en todas las cosas de la vida, el exceso de lo bueno no representa un mayor beneficio de eso que sabemos bueno, sino, por el contrario, lleva a problemas diversos que, de una u otra forma, impiden el logro de aquello que buscábamos a través de los suplementos.

¿Necesito vitaminas extra?

¿Cuánto necesito?

Las vitaminas son elementos esenciales para la salud y la vida, que tienen la enorme ventaja de poder cumplir sus funciones en cantidades tan pequeñas que permiten su ubicación en el grupo de los llamados micronutrientes. Mientras que las necesidades diarias de proteínas, grasas y carbohidratos (azúcares) se miden en gramos, las de vitaminas se miden en milésimas de gramo (miligramos) o en millonésimas de gramo (microgramos).

Por esto, es posible que cualquier persona sana satisfaga sus necesidades de vitaminas consumiendo diariamente una alimentación variada y sin excesos. La razón por la cual hacemos referencia a lo variado está en el hecho de que ningún alimento contiene todas las vitaminas que necesitamos y la variedad nos garantiza la posibilidad de ingerirlas.

Una vieja expresión hispana dice: en la variedad está el gusto, y aquí podemos agregar “y también el secreto de una buena alimentación”. Cuando hablamos de una alimentación sin excesos, lo hacemos porque no hay necesidad de consumir grandes cantidades de las buenas fuentes de vitaminas para recibir su beneficio; por el contrario, los excesos siempre han sido inconvenientes, como puede leerse en algunos de los artículos anotados al final.

¿Y las pastillas de vitaminas?

Una de las características del estilo de vida propio de las grandes ciudades es el riesgo de adoptar patrones alimentarios caracterizados por la tendencia a los excesos y a la poca variedad, siendo esta última más notoria en el renglón de los alimentos que se consumen crudos y que son las mejores fuentes de vitaminas, como las frutas y las hortalizas frescas. Por esta razón, puede ser necesario ingerir algún suplemento vitamínico cuidándonos de hacerlo con moderación, ya que, como se refería anteriormente, el consumo exagerado de vitaminas puede hacernos daño.

Basta con un par de sencillos ejemplos para ilustrar lo que queremos decir cuando hablamos de hacernos daño. El consumo excesivo de Vitamina C, además de ser capaz de favorecer la producción de cálculos renales al incrementar la acidez urinaria, puede afectar la absorción de ácido fólico en el duodeno (la primera parte del intestino delgado) al aumentar la acidez en su interior. En general, las megadosis han traído más problemas que beneficios prácticos.

Es conveniente satisfacer nuestras necesidades diarias de vitaminas a partir de la alimentación. Únicamente en ciertos casos, cuando un médico lo indique, será necesario el aporte diario de un suuplemento vitamínico. 

*Especialista en Nutrición. Vicepresidente de Desarrollo de Productos de DrTango, Inc.


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