Los productos bajos en grasa ¿engordan?

Para quien quiera bajar de peso, un buen consejo es evitar los alimentos etiquetados como  “bajos en grasa”: además de pagarlos más caro terminan engordando más que los comunes.  Así opina Nina Teicholz, periodista y escritora especializada en alimentos y ciencias de la nutrición, quien sostiene que los fabricantes logran la textura perdida al eliminar las grasas con reemplazos, que en general son carbohidratos, y muchas veces directamente azúcar.

Para Teicholz, durante décadas se advirtió a la población que el consumo de grasas engorda y perjudica el corazón. Sin embargo, estudios de científicos alemanes realizados en los años ‘20 demostraron que los verdaderos culpables son los carbohidratos.

Los productos bajos en grasa ¿engordan?
| Foto: THINKSTOCK

Gary Taubes, otro periodista especializado en ciencias, apoya la observación de Teicholz desde su ensayo publicado en el Journal Médico Británico (BMJ) donde  menciona la “hipótesis de la insulina”. Esta hipótesis cuestiona que la causa de la obesidad sea una ecuación desigual entre las calorías ingeridas y las calorías consumidas. La verdadera causa sería el consumo de azúcares y carbohidratos de alto índice glucémico que inciden directamente sobre la producción de insulina, y con ello favorecen la acumulación de grasa en los tejidos adiposos.

La escritora recuerda que en los años ’50 hubo una verdadera obsesión por las grasas, que se trataba de eliminar de la dieta a toda costa. Sin embargo, hoy en día los estadounidenses consumen más calorías diarias que en los años ’70, y su dieta no está equilibrada ya que no cubre las recomendaciones de grasa. Para peor, comen al menos un 25% más de los carbohidratos sugeridos, y por eso cada vez hay más personas con sobrepeso.

¿Cuáles son los alimentos que nos “engañan”?

La autora expresa estas mismas ideas en su libro The big fat surprise (La gran sorpresa de las grasas), donde trata de desmitificar que las grasas no pueden formar parte de una dieta saludable. Y advierte que hay productos como los aderezos bajos en grasa para ensalada Caesar, que tienen un alto porcentaje de carbohidratos por porción, mucho más que la versión regular. Lo mismo ocurre con el queso crema Philadelphia en su versión baja en grasas, que contiene casi el doble de hidratos de carbono que la versión tradicional.

Los ejemplos siguen, ahora en la cadena de cafeterías Starbucks. Uno de sus productos promocionados como “reducido en grasas”, la torta baja en grasas con banana y chips de chocolate, tiene cerca de un 30 % más de hidratos de carbono que la torta marmolada, que no es reducida en grasa y tiene mayor contenido calórico.

La lista sigue, por ejemplo en los yogures, helados, quesos, mantequilla de maní, hot dogs y barras de granola entre otros alimentos. Las versiones bajas en grasa son siempre más altas en carbohidratos, en otras palabras, en azúcar.

En la última década se han publicado muchos ensayos clínicos que establecen que si se quiere bajar de peso y cuidar el corazón, una dieta moderada o alta en grasas puede ser más efectiva que una baja en grasa. Por eso la autora aconseja disfrutar de un capuchino con un poco de crema  "entera", que además de ser más gustoso, da más saciedad y tiene menos carbohidratos.

La opinión de Teicholz, sin embargo, puede tener sus "zonas grises". Según la nutricionista Gloria Rabell, de HolaDoctor, esta afirmación no se debe generalizar. Algunos productos "light" bajos en grasa tienen mayor contenido de carbohidratos y proteínas. Otros, no siempre tienen diferencias significativas en proteínas o incluso en los hidratos de carbono, con respecto al producto "regular". Pero en general son menos energéticos los productos light con respecto a los regulares, es decir tienen menos calorías.

Sobre este tema, la Lic. Rabell concluye que un producto bajo en grasa tiene menos calorías y puede ayudar a bajar de peso.  El problema es que las personas se confían y los consumen en exceso, entonces sí, las calorías aumentan. Por eso lo mejor es no obsesionarse con estos productos, saberlos utilizar y mantener una dieta equilibrada y moderada en grasas, que cubra las recomendaciones diarias de proteínas, carbohidratos y grasas.


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