“Hijito, come ahora mismo tu ensalada”, es una de las tantas frases que suelen repetir hasta el cansancio las madres, hasta que se dan por vencidas. Sin embargo, según un estudio reciente, si la madre dijera: “¿Qué prefieres, hijo, zanahoria o remolacha?”, las posibilidades de que su hijo por fin ingiera algún alimento del reino vegetal se multiplicarán. Es una de las conclusiones del estudio titulado “Ofrecer alternativas y su efecto en la aceptación y el consumo de vegetales de los niños holandeses: una prueba de control aleatoria”, liderado por el profesor Cees de Graaf, del Departamento de Nutrición Humana de la Universidad Wageningen, de Holanda.
El derecho de elegir
Preocupados por el poco consumo de vegetales de los chicos de su país, algo que sucede prácticamente en todo el mundo, los investigadores se plantearon la posibilidad de estimular la autonomía de los niños al elegir vegetales, como una valiosa estrategia para incrementar su aceptación y consumo. Para ello, reunieron a 303 niños de entre cuatro y seis años y los llevaron a un restaurante: a un grupo de niños les dieron a elegir entre dos verduras antes de la cena; a otro grupo les ofrecieron estas opciones con la cena; y al tercer grupo, no les dieron la opción de elegir sino que directamente les sirvieron un plato con verduras incluidas.
Los niños descriptos por sus padres como “reaccionarios” o permanentemente en oposición con sus padres, comieron alrededor de la mitad de los vegetales, cuando no tuvieron opción, mientras que el resto de los niños comió todo.
Terminada la cena, el 75% de los chicos a los que les habían dado la opción de elegir expresaron sentirse “felices con ese nivel de autonomía”.
La recomendación de los pediatras apunta a que los niños coman cinco porciones de frutas y vegetales por día, preferentemente dos frutas y tres vegetales. Si éste es tu objetivo, tal vez haya llegado la hora de incluir a tus niños cada vez que vas al mercado para que ellos también participen de la elección. Lo mismo antes de preparar la comida: primero pregúntales cuáles verduras o frutas prefieren. Tal vez de esta manera, podrás ponerle fin a la batalla contra los vegetales.
