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La hiperglucemia

La palabra “hiperglucemia” se refiere a las cifras elevadas de la glucosa en la sangre.

Generalmente esta condición no se siente a menos que la glucosa esté muy alta -por arriba de los 180 mg/dl- que es cuando aparecen los síntomas de mucha orina, mucha sed, mucha hambre y cansancio, entre otros.

La hiperglucemia
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Síntomas que no se ven

Como la hiperglucemia no presenta síntomas a menos que la glucosa esté muy alta, muchas personas con diabetes padecen de esa enfermedad por varios años sin darse cuenta. Lo que ocurre es que poco a poco la glucosa comienza a elevarse a cifras superiores a lo normal, que son 110 mg/dl en ayuna, y las personas no lo notan. Incluso, se calcula que una tercera parte de las personas que tienen diabetes no han sido diagnosticadas porque no tienen síntomas y no se han hecho un chequeo.

Sin embargo, la hiperglucemia afecta al cuerpo a largo plazo debido al desarrollo de problemas en las arterias, tanto en las grandes como las coronarias y en las pequeñas como las de los riñones, la retina o los pies.

Cuando la glucosa de la sangre está sobre los 180 mg/dl se llevan a cabo varios procesos metabólicos que también están relacionados con el colesterol y que terminan por dañar la pared de las arterias endureciéndolas y lastimándolas. También se afecta la circulación. Por eso es que la diabetes descontrolada es la causa principal de ceguera, de insuficiencia renal o de amputaciones que no son por accidente.

Pero la buena noticia es que a través de la última década se han realizado varios estudios en los que se ha comprobado que si mantienes tus cifras de glucosa lo más cerca de lo normal puedes llegar a disminuir hasta en un 75% la aparición de estos problemas.

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