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La hepatitis también se contagia a través de los alimentos

La hepatitis se caracteriza por una inflamación del hígado, comúnmente causada por un virus. 

Hay cinco tipos de hepatitis: A, B, C, D y E, aunque son la hepatitis B y C las que conducen a enfermedades crónicas a cientos de millones de personas en todo el mundo y, al mismo tiempo, son la causa más común de cirrosis y cáncer. Los tipos B, C y D se propagan usualmente por medio de los fluidos corporales. Las formas más comunes de estos virus incluyen: recibir sangre infectada, procedimientos médicos invasivos que utilicen equipos contaminados y, en el caso de la hepatitis B, la transmisión se da de la madre al bebé en el nacimiento, de otro pariente al niño y también por el contacto sexual. 

La hepatitis también se contagia a través de los alimentos
| Foto: ISTOCK

Puntos clave

  • Alrededor de una en 12 personas sufren de hepatitis viral crónica, sin embargo la mayoría no lo sabe. 
  • La hepatitis viral es la principal causa de cirrosis y de cáncer de hígado en todo el mundo.

La comida, el principal enemigo

La hepatitis A y la E son las únicas que se transmiten comúnmente a través de la comida o el agua. Esto sucede cuando una persona infectada con este virus no se lava las manos correctamente después de ir al baño y luego tiene contacto con los alimentos durante la preparación. De esta manera se disemina el virus, que se excreta a través de la materia fecal. 

Entre los alimentos más fáciles de contaminar se pueden mencionar en primer lugar el agua, los mariscos y las ensaladas, y luego, los sándwiches o comidas frías, las frutas o los jugos frutales, la leche y los productos lácteos, los vegetales y las bebidas heladas. 

También existen otras formas de contagio. Por ejemplo, en 1998 hubo una epidemia de hepatitis A en Shangai, con 300.000 infectados y 47 muertos. El virus se diseminó a través de las personas que comieron almejas crudas, que habían sido recogidas de un lugar en la que había líquidos cloacales contaminados. 

Por eso, entre las medidas preventivas, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sugiere “cocción a temperaturas de 85º - 90º C durante cuatro minutos o cocción al vapor durante dos minutos de los bivalvos, además de la difusión de normas de higiene de los manipuladores, si están enfermos”. 

Otra forma de prevención efectiva, en el caso de la hepatitis A, es la vacunación. Según la OPS las vacunas “son excepcionalmente eficaces cuando se administran antes de la exposición al virus de la hepatitis A (VHA) y hasta pueden conferir cierta protección si se administran una semana antes o más después de la exposición”.

Conoce más sobre la hepatitis
Aunque afectan al mismo órgano, cada tipo de hepatitis tiene sus propias características y tratamiento:
•  Hepatitis A: Es considerada la menos amenazante, ya que por lo general no deja daños en el hígado. El 99% de los pacientes se recupera por completo. Se transmite a través de los alimentos o el agua contaminados con materia fecal y por el contacto oral o anal. Puede afectar a cualquier persona, aunque los grupos de riesgo son las personas que viajan a países con alto índice de hepatitis A, los hombres homosexuales, los drogadictos, personas con problemas de coagulación o con enfermedades crónicas del hígado, y los niños de comunidades con altos niveles de la enfermedad.
Tratamiento: No hay uno específico. En unas semanas o meses desaparece la enfermedad, sin efectos secundarios.

•  Hepatitis B: Es una enfermedad viral seria, que ataca el hígado. Se estima que  esta enfermedad afectará en algún momento a una de cada 20 personas, en los Estados Unidos. Se propaga al tener contacto con sangre infectada o con fluidos corporales. El riesgo más alto lo sufren las personas que tienen contacto sexual con un infectado, tienen sexo con más de un compañero, hombres homosexuales, las personas que viven en una misma casa con un paciente crónico de hepatitis B, los drogadictos o los enfermos de hemofilia y quienes viajan a lugares con mayor incidencia de esta enfermedad.
Tratamiento: Hay dos medicamentos que se utilizan para tratar esta enfermedad: el Interferón y el Lamivudine.

•  Hepatitis C: Alrededor del 1,8% de los estadounidenses han sido afectados por hepatitis C, aunque muy pocos lo saben. El 80% de los afectados se convierten en enfermos crónicos. Al igual que la hepatitis B, se transmite por medio de sangre o fluidos de una persona infectada con este virus. Entre las personas con más riesgo se incluyen los que usan drogas intravenosas, quienes tienen varias parejas sexuales, las personas que se hicieron tatuajes con agujas no esterilizadas, quienes se hicieron una transfusión de sangre antes de 1992 y los hijos nacidos de una madre infectada.
Tratamiento: Según lo determinen los análisis de sangre, se optará por un tipo de Interferón.

Por último, y no por ello menos importante, la higiene es fundamental para prevenir ésta y otras enfermedades. Luego de ir al baño y antes de comer, lávate las manos con agua y jabón. De ese modo, una gran cantidad de virus y de bacterias se mantendrán alejados de tu casa. Y de tu vida.

Fuente: Hepatitis National Foundation, CDC y Organización Panamericana de la Salud.

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