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Hablando sobre el colesterol

Es enorme el volumen de información que se publica a diario en todo el mundo sobre el tema de la alimentación. Una gran parte de esa información contiene verdades a medias y otra parte interpretaciones subjetivas de resultados de pocos trabajos de investigación que no permiten llegar a conclusiones válidas.

A esto se une que los profesionales de la salud a veces no tenemos el cuidado de explicar con suficiente claridad las indicaciones que damos a nuestros pacientes, todo lo cual contribuye a crear un ambiente de confusiones generadas de manera involuntaria por quienes tenemos la enorme responsabilidad de educar sobre temas tan importantes.

Hablando sobre el colesterol

Hace pocos días recibí un mensaje cuyo texto es muy similar a otros recibidos anteriormente. Esta persona me decía: “Mi esposa tiende a tener valores un poco altos de colesterol malo levemente por encima de 200. Los aceites vegetales reclaman en su publicidad que no contienen colesterol. Nuestro médico nos indicó que podíamos consumir aceites vegetales sin afectar el colesterol, pero nos recomendó no comer frituras porque eso sí afectaría el colesterol, lo cual nos tiene confundidos”. Éste es un buen ejemplo de algo que ocurre a diario en todas partes.

Debido a que son bastante frecuentes las preguntas sobre los aspectos que tenían confundido a quien nos escribió, he creído conveniente compartir con ustedes la respuesta que le envié.

Generalmente los niveles altos de colesterol malo son consecuencia de la combinación de factores genéticos con otros relacionados con nuestro estilo de vida, más específicamente, con nuestra alimentación y con el sedentarismo. Aunque no podemos hacer nada con nuestra predisposición genética ante problemas de este tipo, sí es mucho lo que podemos hacer con relación a la manera de alimentarnos y a la práctica disciplinada de ejercicios para controlar los niveles de colesterol total y de sus fracciones.

Desde el punto de vista alimentario podemos resumir en dos los aspectos más importantes:

  • Evitar el exceso de calorías
  • Vigilar la cantidad y calidad de las grasas consumidas

Ambas cosas tienen mucho que ver con los procedimientos de preparación de las comidas y voy a intentar responderte con unas sugerencias bien sencillas:

  • Eliminar toda la grasa visible de los alimentos de origen animal,
    incluida la piel del pollo.
  • Preferir el asado, horneado, hervido, guisado con aliños (condimentos) y, en lo posible, no consumir frituras.
  • Restringir en lo posible el consumo de productos de panadería y pastelería que se fabrican con manteca vegetal.
  • Cuando deba agregarse algún tipo de grasa a las comidas, ya sean ensaladas o frituras ocasionales, utilizar solamente aceites vegetales, dándole preferencia al de oliva o al de canola, aunque, si se va a ser realmente moderado en su uso, cualquier aceite vegetal puede ser utilizado.

Si nos concentramos en los aspectos específicos de tu pregunta, te recomiendo tener en cuenta lo siguiente:

  1. Ningún producto de origen vegetal contiene colesterol porque ésta es una sustancia que sólo se encuentra en los tejidos animales.
  2. El hecho de que un producto de origen vegetal no contenga colesterol no significa que no pueda contribuir a que aumenten sus niveles porque el colesterol que medimos en los exámenes de sangre, y que es el que termina por hacernos daño, es el que fabrica nuestro propio cuerpo, utilizando como materia prima los llamados ácidos grasos saturados, que, en un alto porcentaje, llegan a nuestro organismo transportados por alimentos de origen animal y por grasas de origen vegetal, especialmente por las que en varios países se conocen como mantecas, que son grasas que se mantienen sólidas a temperatura ambiente.

En muchos casos de personas con colesterol alto, la causa fundamental está en el consumo de productos de panadería y pastelería, para cuya fabricación se usa siempre manteca vegetal.

En conclusión, más que temerle a los aceites vegetales líquidos, debemos ser todo lo prudentes que podamos en el consumo de estos productos que, por ser tan ricos en ácidos grasos saturados, contribuyen de manera significativa a que nuestro cuerpo fabrique más colesterol que el que es capaz de manejar.

Otro elemento a considerar es el de las modificaciones industriales que sufren los aceites cuando se utilizan para fabricar productos como las margarinas, las cuales, sin contener nada de colesterol, sí son ricas en unos ácidos grasos llamados "trans", que tienen también una enorme capacidad para aumentar los niveles de colesterol y, muy especialmente, de colesterol malo. Muchos investigadores piensan que estos ácidos grasos son iguales o peores que los saturados a la hora de contribuir a agravar los problemas de colesterol alto. La mejor recomendación que puedo hacerles es leer siempre las etiquetas de los empaques de estos productos en los cuales es posible que se haga referencia a su contenido de ácidos grasos "trans" o a su contenido en "aceite vegetal hidrogenado", que en términos prácticos significa lo mismo.

Finalmente, y no por eso menos importante, quiero hacer todo el énfasis posible en mi recomendación de practicar disciplinadamente algún tipo de ejercicio, lo cual se ha demostrado que contribuye significativamente a aumentar los niveles de colesterol del bueno.

Les invito a visitar el Centro de Información de MiDieta™ donde encontrarán varios artículos con información interesante y práctica sobre este tema.

* Especialista en Nutrición. Vicepresidente de Desarrollo de Productos de DrTango, Inc.

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