Australia se ha coronado en 2013 como la nación más feliz del mundo. El dato surge de un estudio realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con sede en París, que comparó la situación de 36 países.
Para realizar el análisis se consideró una combinación de varios ítems: renta per cápita, empleo, vivienda, seguridad, educación, medioambiente, salud, comunidad, equilibrio entre el trabajo y la vida familiar y datos de la participación cívica de Naciones Unidas, gobierno y otras instituciones.
Puntos clave
Los datos indican que la calidad de vida en Australia es mejor que en países como Austria, Bélgica, Suecia, Canadá y Estados Unidos, que figuró en el sexto puesto. Este estudio sobre el bienestar indica que el 84% de la población australiana tendría más experiencias positivas que negativas. Como ejemplo, manifiestan tener más sensación de descanso, y menos situaciones de tristeza o aburrimiento.
A pesar de la buena noticia, la comodidad que hace tan felices a los australianos, les está provocando un serio problema: el país tiene cada vez más obesos. Con una expectativa de vida de 82 años y un 85% de la población que manifiesta tener buena salud, la tasa de obesidad resulta muy elevada. Y ha aumentado rápidamente en los últimos veinte años, tanto que el 24,6% de los 23 millones de habitantes de Australia es obesa, porcentaje superior al que se da en casi todos los otros países del estudio, que es del 17,8%.
Según el Instituto Australiano de Salud y Bienestar las tasas de sobrepeso y obesidad están en aumento en el país. Las cifras arrojan que 3 de cada 5 australianos y 1 de cada 4 niños, son obesos o tienen sobrepeso. También hay un 5% más de adultos obesos que en 1995, y entre ellos más del 30 % de la población vive en regiones alejadas de las grandes ciudades. Según esta entidad, después del tabaquismo y la hipertensión, la obesidad es la enfermedad que más compromete la salud de los australianos.