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5 trucos para no tentarse con lo que quedó de la cena

Es algo que le sucede a la mayoría que hace dieta: durante la cena, se cuidan de no probar ni un bocado, resisten una a una las tentaciones y hasta toleran los comentarios de algunos familiares o amigos que insisten en que “prueben algo”. Pero cuando se van los invitados y llega el momento de guardar lo que sobró, empiezan a comer lo que no probaron en toda la noche, como si fuera “la última cena”. No hace falta decir que las comidas tienen las mismas calorías con o sin compañía. Pero no se puede negar que comer algo que quedó, cuando uno se relaja después de un día extenuante, es algo difícil de resistir.

Para evitar llegar a esa situación, hay algunos trucos que sin duda te mantendrán alejado de las tentadoras sobras. Son sugerencias sencillas pero efectivas, ¡ponlas en práctica en estas fiestas!

5 trucos para no tentarse con lo que quedó de la cena

1.  Apenas se van los invitados, ¡ve a cepillarte los dientes! ¿Te parece una idea absurda? Pues, no lo es en absoluto. El sabor a menta en la boca distorsiona el gusto de los alimentos y al llevarte algún bocadillo a la boca, ¡no sentirás el sabor! Otro truco que a algunas personas les resulta es comer goma de mascar mientras levantan las bandejas de la mesa y lavan los platos. ¡En boca ocupada, no entran calorías!

2.  Haz un paquete con tu plato favorito y entrégaselo a algún familiar o amigo. Si no lo haces, tu comida, salsa o postre preferido irán directo a la cama contigo. Así que cuando estén por despedirse tus invitados, ¡despídete también de los platillos a los que te cuesta decirles que no!

3.  Guarda en el freezer las sobras del pollo, pavo, carne o jamón. Si las porciones son muy grandes, trózalas antes de guardarlas. Recuerda que no se pueden guardar la mayonesa, la gelatina, ni los huevos duros. Por el contrario, los pasteles, las galletas y el budín de Navidad pueden conservarse en el freezer por seis meses.

4.  Al día siguiente, prepara una deliciosa comida con lo que te quedó. 

• Con pavo o pollo: puedes preparar pastel, sándwiches, ensalada, sopa o tamales.
• Con carne: puedes preparar unos exquisitos tacos, arrollados o un budín, si es que te quedó puré de papas.
Recuerda que la carne sólo puede conservarse un par de días; el pavo puede guardarse hasta tres días en el refrigerador; el jamón dura cinco días. 

5.  Cubre con un film adherente las fuentes y platos. Ya sea porque los piensas llevar al día siguiente a la mesa o a la casa de algún familiar que vayas a visitar, si los cubres con un film, no te sentirás tentado de picotear.

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