Obamacare: lenta la inscripción de hispanos

Norma y Rodolfo Santaolalla siempre han trabajado, pero nunca han tenido seguro médico. Cuando la pareja que vive en Arlington, Virginia, trató de aplicar por internet para conseguir cobertura bajo la Ley de Cuidado de Salud (ACA, por sus siglas en inglés), fue demasiado confuso.

“No entendía sobre deducibles y cómo elegir un plan. Es difícil. Es la primera vez que hacemos esto”, dijo Norma, de 46 años, que trabaja limpiando casas. Rodolfo, de 47, realiza reparaciones. “Por eso vinimos aquí, para pedirles que nos ayudaran”.

Obamacare: lenta la inscripción de hispanos
Andrew Villegas/KHN

“Aquí” era el Arlington Mill Community Center, donde ofrecieron ayuda un sábado reciente como parte de un esfuerzo nacional para aumentar la inscripción bajo el ACA, especialmente entre los latinos.

Los hispanos representan cerca de un tercio de las personas sin seguro a nivel nacional pero, por un número de razones, inscribirlos ha sido duro. De acuerdo con las últimas estadísticas del Gobierno, hacia el 16 de enero, a dos meses de la apertura de este período de inscripción, sólo el 10% de los que se habían enrolado en los 37 estados en donde opera www.cuidadodesalud.gov eran latinos. A pesar del esfuerzo concertado de oficiales y defensores de la ley de salud, este porcentaje es apenas mayor que el 7% durante el primer período de inscripción el año pasado.

Expertos advierten que estos números son reportados por los que aplican y no hay ningún requerimiento para los que quieren comprar cobertura en el sitio oficial de indicar su raza u origen étnico. No obstante, El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) y grupos que apoyan la ley han intensificado los esfuerzos a través de campañas en los medios de comunicación, con un gran énfasis en la asistencia personalizada como la que están buscando los Santaolalla y muchos otros latinos.

De hecho, cerca de un tercio del presupuesto publicitario este año de la Ley de Cuidado de Salud está enfocado en los medios hispanos, triplicando el 10% que se usó en tratar de alcanzar a los latinos el año pasado, de acuerdo con la secretaria del HHS, Sylvia M. Burwell.

Pero proveer asistencia en persona lleva tiempo. Una sesión puede fácilmente extenderse entre 90 minutos y dos horas, y a veces se requieren varias reuniones para explicar cómo funciona el seguro y cuáles son las distintas opciones. Aunque los que aplican pueden calificar para subsidios, aún así muchos tienen que pagar una prima mensual. Y las personas que han vivido sin seguro pueden no sentir la necesidad de pagar por cobertura médica.

Sin embargo, desde octubre del 2013, 2,6 millones de latinos de entre 18 y 64 años obtuvieron seguro a través de la ley de salud, de acuerdo con el HHS. Hasta junio último, el porcentaje de latinos sin seguro de salud había bajado de 36% a 23%, con cifras más altas en los estados que decidieron expandir el Medicaid, de acuerdo con un análisis del Commonwealth Fund. 

Esto es importante para el éxito general de la ley de salud, porque los latinos sin seguro tienden a ser jóvenes y sanos. Tienden a usar menos servicios médicos y entonces ayudarán a compensar el gasto de las personas más enfermas en el seguro de “grupos de riesgo”.

Para inscribirse, sin embargo, los latinos que aplican tienen que llenar más papeles y superar barreras del lenguaje,

Joaquin Barahona, de 41 años, es un trabajador de la construcción. Nunca tuvo seguro de salud, y cuando tuvo que ir al doctor, pagó en efectivo.

Cuando trató de inscribirse en el mercado de seguros en enero, en el Legal Services of Northern Virginia en Arlington, se encontró con que el sitio web de la ley de salud no podía verificar su identidad. Ahora, el residente de Centreville tendrá que enviar documentos adicionales por correo, incluyendo su permiso de trabajo. 

La misma tarde, Lusmila Morales, de 53 años, también esperaba obtener cobertura del ACA. Ella envió una aplicación por correo el año pasado pero nunca obtuvo respuesta, y quizo intentar de nuevo este año. Trajo a su sobrino de 17 años para que le tradujera.

La residente de Falls Church está aplicando para un seguro de salud “por necesidad”, dijo su sobrino, Daniel Palacios. Ella tiene artritis pero no puede pagar la medicación. Necesita una mamografía y un exámen físico, pero tampoco puede pagarlos. Además, su mamá tiene diabetes y ella quiere averiguar cómo sus padres —ambos en sus 80 años y residentes legales pero sin historial laboral para calificar para el Medicare—podrían obtener cobertura bajo la ley de salud.

Pero Morales no pudo completar su aplicación porque se olvidó su green card, que prueba que es residente legal de Estados Unidos. Tendrá que volver.

Uno de los obstáculos más fuertes es el miedo diseminado en la comunidad latina de que aquél de la familia que sea elegible para cobertura podría poner en peligro a otros familiares indocumentados. Esta preocupación persiste aunque el presidente Barack Obama y otros oficiales de la administración han dicho repetidamente que ninguna información utilizada para inscribirse en el mercado de seguros será utilizada con propósitos de deportación.

“El Gobierno federal puede proclamar cada día y cada hora que la información migratoria en el mercado de seguros no se usará en procesos de deportación, pero aún así da miedo”, dijo Alicia Wilson, directora ejecutiva de La Clínica del Pueblo, un centro comunitario de salud de Washington, DC, que provee atención primaria a la comunidad hispana.

“La persona no quiere ser la causa de que deporten a la abuela, al tío o al papá porque se inscribió para tener cobertura”, dijo Anthony Wright, director ejecutivo de Health Access California, un grupo de consumidores de cuidado de salud.

Familias con estatus migratorio mixto también enfrentan desafíos especiales a la hora de enrolarse, dijo Wilson. Algunos pueden estar aquí legalmente pero no ser elegibles para cobertura a través de programas federales. Otros pueden tener niños nacidos en Estados Unidos y otros miembros de la familia que son indocumentados. Algunos pueden calificar para seguro de salud a través de un trabajo mientras que otros miembros de la familia califican para el Medicaid o para el Programa de Seguro de Salud para Niños (CHIP).

“Cada uno de estos seguros tienen distintos procesos de inscripción y criterios de elegibilidad diferentes, distintos paquetes de documentación que hay que presentar, diferentes niveles de pruebas para demostrar que uno es quien es, y diferentes calendarios de inscripción y reinscripción”, dijo Wilson. Agregó que el proceso de identificación puede ser aún más difícil para aquéllos que no tienen historial de crédito.

El entramado de los mercados de seguros con base estatal y federal también pueden crear confusión, con algunos gobiernos estatales más abiertos que otros cuando se trata del esfuerzo para enrolar a hispanos.

Sólo cerca de la mitad de los estados han expandido los programas del Medicaid, el último de ellos Indiana. De acuerdo con el HHS, si todos los estados participaran en la expansión del Medicaid, el 95% de los latinos sin seguro calificarían para este programa, para el CHIP o para subsidios para bajar los costos del seguro de salud en los mercados estatales y el federal.

En estados como Virginia, que no ha expandido el Medicaid, los individuos deben ganar al menos $11,670 al año para calificar para subsidios para comprar cobertura en el mercado de seguros. Aquéllos que ganan menos caen dentro de la “falta de cobertura” porque no califican para el programa de Medicaid existente en el estado y no ganan el dinero suficiente para calificar para asistencia financiera.

“Decirles es angustiante”, dijo Leni González, especialista en educación y alcance comunitario en Enroll Virginia.

El hecho de que el período de inscripción este año sea tres meses más corto que el año pasado complica los esfuerzos por inscribir a las personas sin seguro. Y aquéllos que trabajan con la comunidad latina dicen que porque muchos han estado sin seguro por tanto tiempo, no es sorprendente que lleve más tiempo aumentar la inscripción.

Kaiser Health News es un programa editorial independiente perteneciente a la Henry J. Kaiser Family Foundation. Es un programa imparcial y sin fines lucrativos que se dedica al estudio y diseminación de información sobre política de salud. Kaiser Health News no está afiliada a Kaiser Permanente.

Comparte tu opinión