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Psicología de una mente terrorista

Un proceso grupal más que individual

Durante años, los psicólogos han intentado descifrar las características individuales de un terrorista intentando explicar qué tipo de sentimientos pueden llevar a una persona a cometer hechos de violencia.

Pero determinar qué es lo que a una persona la puede llevar a cometer un acto terrorista no es una tarea fácil. Primero porque en general son personas de difícil acceso para poder entrevistar y estudiar y también, porque las convicciones religiosas y políticas nos pueden llevar a conclusiones erróneas. Sin embargo, hay psicólogos en todo el mundo investigando el tema y han llegado a la conclusión de que el tema del terrorismo hay que abordarlo más como un proceso de dinámica grupal que como un tema individual.

Psicología de una mente terrorista
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Puntos clave

Siguiendo esta línea, especialistas de la organización Consejo Nacional para el Estudio del Terrorismo han descubierto que a través del diálogo pacífico y la toma de conciencia de la humanidad compartida, se pueden prevenir algunos hechos de violencia, explica uno de sus directores el Dr. Arie Kruglanski. Sin embargo, el experto es cauteloso en cuanto a los resultados y los procedimientos a seguir.

Características de los individuos

La mayoría de los psicólogos que han tenido contacto con terroristas aseguran que no son personas patológicas en el sentido tradicional de la palabra. El psicólogo John Horgan, que dirige el Centro Internacional para el Estudio del Terrorismo de la Universidad Estatal de Pennsylvania ha entrevistado unos 60 ex-terroristas y logró identificar una serie de características que hace a las personas más propensas a ser reclutadas por alguna organización terrorista:

  • Se sienten enojados, con sentimientos de despersonalización y que han sido privadas de su derecho al voto.
  • Creen que su participación política actual no les está dando la posibilidad de realizar un cambio real.
  • Se identifican con personas que perciben como víctimas de la injusticia social contra la que están peleando.
  • Tienen necesidad de tomar acción y no solamente de hablar de los temas.
  • Creen que involucrarse en episodios de violencia en contra del estado no es inmoral.
  • Tienen amigos o familiares que también adhieren a la causa.
  • Creen que unirse al movimiento terrorista les ofrecerá una recompensa social y psicológica, como la camaradería, la vivencia de aventuras y un elevado sentimiento de identidad.

Las personas cambian y sus motivaciones también

Si bien estas características comunes son importantes , los expertos han descubierto que es muy útil estudiar también cómo las personas involucradas en actividades terroristas cambian a partir de entrar al grupo.

Para eso, es importante determinar por qué han entrado a tal o cual organización, cómo los lideres influyen en su participación y en adoptar ciertos roles, por ejemplo cómo los motivan para por ejemplo convencerlos de que poner una bomba suicida puede llevarlos a la glorificación y sobre todo, investigar cómo podría ser la salida del grupo ya que muchos de estos terroristas se involucran de adolescentes y después toman conciencia de lo que realmente han hecho con las “manos llenas de sangre” .

Muchos de los entrevistados, aseguraron que entraron a la organización durante su adolescencia, llevado por ideales románticos y que después de cometer el primer acto criminal, se sintieron muy mal y tomaron conciencia de lo que estaban haciendo.

El miedo a la propia muerte

Después de años de estudio e investigación cruzada, los expertos de la Universidad de Colorado llegaron a la conclusión que las personas que se embarcan en actividades terroristas muchas veces esconden un miedo inconsciente a la propia muerte y desarrollaron la llamada “teoría del manejo del terror” por la cual las personas se escudan en la cultura y la religión para esconder un profundo miedo a la muerte.

Los investigadores notaron que enfrentar a estas personas con su propia muerte y el miedo que esto les despierta, ha aumentado su intención de involucrarse en actividades vitales como por ejemplo el ejercicio.

La confrontación con la posibilidad de la muerte propia o de una causa de desastre mundial, ha demostrado en varios estudios, que produce una toma de conciencia en los terroristas y los predispone mejor a actividades y acciones en pos de la paz.

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